La Comisión Europea (CE) ha autorizadocon condiciones la fusión entre las aerolíneas estadounidenses US Airways y American Airlines, una operación valorada en unos 11.000 millones de dólares, al concluir que los compromisos asumidos por las partes protegen la libre competencia en el espacio económico europeo.
En un primer momento, el Ejecutivo comunitario advirtió de que la fusión llevaría a un monopolio en la ruta Londres-Filadelfia, línea en la que son los únicos operadores que ofrecen vuelos en virtud de un acuerdo con British Airways e Iberia llamado.
Sin embargo, las dos compañías norteamericanas se han comprometido a ceder algunos derechos de operaciones en los aeropuertos de Heathrow y Filadelfia para vencer las reservas del Ejecutivo comunitario. También han accedido a favorecer la entrada de otras compañías en el mercado para esa línea.
Bruselas también examinó otros enlaces transatlánticos de las compañías pero no considera que en esos casos afrontarán a competencia de otras aerolíneas importantes.
El comisario de Competencia, Joaquín Almunia, ha declarado que Bruselas está "convencida" de que los requisitos acordados contribuirán a que "la dinámica competitiva se mantenga", con el objetivo de que se mantengan la elección y calidad de los servicios aéreos que se ofrece a los pasajeros.
Un paso más
Los accionistas de US Airways aprobaron el pasado 17 de julio la propuesta del consejo de administración para su fusión con American Airlines (AA), con el 99% de los votos emitidos, durante la junta anual celebrada en Nueva York, un paso más para la operación que daría lugar a la mayor aerolínea del mundo.
La fusión está sujeta a las aprobaciones regulatorias y a la confirmación del Plan de Reorganización de la Corte de Quiebras de EE.UU. Ambas empresas esperan poder completar la fusión en el tercer trimestre de 2013. En febrero de este año, AMR, la matriz de American Airlines --en suspensión de pagos desde noviembre de 2011-- y US Airways anunciaron un plan para fusionar ambas compañías.
De hacerse efectiva la fusión, la nueva compañía alcanzaría una capitalización de más de 10.000 millones de dólares (7.661 millones de euros) y superaría a United Continental y Delta Airlines. En concreto, el acuerdo contemplaría un trasvase de acciones en base al plan de reestructuración de AA, que sacaría a la compañía de la protección de bancarrota a la que está sometida actualmente. Los acreedores de AA se harían con cerca del 72% de las acciones de la compañía resultante, mientras que los accionistas de US Airways obtendrían el 28% restante.
La compañía resultante mantendría el nombre de American Airlines y su sede en Fort Worth (Texas), con una plantilla de 94.000 empleados, una flota de 950 aviones, y operaría unos 6.500 vuelos diarios, con una facturación de casi 39.000 millones de dólares (29.862 millones de euros).