Es el mundo al revés. Los que se supone que quieren hacer de Cataluña un sitio mejor y más próspero a través de la independencia, son los que la golpean. La idea puesta en práctica este viernes de intentar vaciar los cajeros de los bancos en Cataluña, en especial los de CaixaBank y Banco Sabadell, supone una táctica poco efectiva, pero preocupante a nivel simbólico.
Aún en el peor de los casos, que los dos millones de supuestos votantes independentistas hicieran caso a Òmnium Cultural y retiraran 155 euros de los cajeros de los bancos, el impacto sería muy bajo para los bancos. En este supuesto, se esfumarían 310 millones de euros de sus oficinas, frente a los 4.000 millones que vieron salir en un sólo día CaixaBank y Sabadell, según desveló la ministra Dolors Monserrat.
Fue por ello que las entidades presididas por Jordi Gual y Josep Oliu hicieron rápidamente las maletas (previo real decreto del Gobierno para CaixaBank) y movieron su sede a Valencia y Alicante, respectivamente. Desde entonces han controlado las fugas de depósitos, que fuentes financieras las sitúan alrededor de 10.000 millones en una semana.
Por ello, las entidades lo tienen claro: entre el boicot de una parte de Cataluña y la estampida de sus clientes de toda España, prefieren protegerse del segundo riesgo. Sobre todo porque los bancos son conscientes de que no pueden hacer nada frente al cliente enfadado, ya sea el catalán por el traslado de la sede o el madrileño por no haber sido más contundentes contra el independentismo antes. Pero sí pueden tomar medidas, como han hecho, para proteger los depósitos y estar siempre bajo el amparo del Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).
Los bancos son conscientes de que no pueden hacer nada frente al cliente enfadado, pero sí para retener al que tenía miedo de perder los depósitos
Lo que están haciendo los bancos en Cataluña en este entorno es estar muy atentos a la liquidez de sus cajeros, para que ninguno se quede vacío en ningún momento, y así evitar las fotografías alarmistas en las redes sociales. Aun así son conscientes de que alguna habrá aunque sea manipulada. Este ataque no se centra sólo en CaixaBank y Sabadell, ya que BBVA y Santander también tienen una presencia fuerte en la comunidad.
Lo que pone de relieve lo que esta ocurriendo este viernes en Cataluña es que los independentistas más radicales están dispuestos a todo para conseguir su objetivo. Aunque sea malo para Cataluña. Tras la fuga de más de 1.000 empresas y la amenaza de una seria desaceleración económica, la comunidad (y España) necesita recuperar la confianza empresarial y del consumidor cuanto antes. Este tipo de iniciativas no sólo no ayudan, sino que suponen un auténtico tiro en el pie.