Según las últimas investigaciones, Volkswagen no es el único fabricante en Alemania cuyos valores de emisiones de gases contaminantes se encontraban por encima de lo permitido. Así lo ha anunciado en un comunicado la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA), a raíz de la investigación iniciada a raíz del escándalo del mayor fabricante de vehículos en europa. "En base a los datos brutos se han comprobado hasta ahora en parte elevados valores de NOx en distintas condiciones de conducción y ambientales", indicó la KBA sin precisar qué marcas o modelos no cumplen con la normativa.
Este anuncio coincide con otro realizado en EEUU en el que se asegura que Volkswagen es el único fabricante con los motores trucados
Las autoridades alemanas están ahora en conversaciones con los fabricantes de vehículos afectados por estos resultados para valorarlos, de forma que cuando concluya esta fase consultiva podrían buscarse "consecuencias legales", aseguró el organismo. La KBA comenzó a finales de septiembre una revisión generalizada de vehículos, después de que estallase el escándalo de la manipulación de los datos de emisiones de Volkswagen a raíz de una denuncia de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) de EEUU. La oficina se propuso entonces revisar más de 50 modelos distintos de los principales fabricantes alemanes -Volkswagen, BMW, Daimler- y de otras casas extranjeras, como Ford, Alfa Romeo, Dacia, Hyundai o Mazda.
Precisamente este anuncio tiene lugar el mismo día en el que, según ha publicado la revista alemana Wirtschaftswoche, tal y como afirma la presidenta de la Junta de Recursos del Aire de California, Mary Nichols, en Estados Unidos Volkswagen es el único fabricante que ha sido detectado con motores diésel trucados con el software ilegal de control de emisiones. "Hasta ahora no hemos encontrado ningún otro dispositivo fraudulento en vehículos de otras marcas", apunta Nichols en una entrevista en el medio alemán este martes, que añade que las "pruebas de los vehículos diésel continuarán".
El pasado septiembre Volkswagen reconoció haber incluido un software ilegal en unos 9,5 millones de vehículos para que, cuando fuesen llevados a un banco de pruebas, emitiesen gases como el NOx cumpliendo con las regulaciones medioambientales, pero en condiciones normales contaminaban mucho más.