Las desavenencias entre Wanda Group, propietario del Edificio España, y el Ayuntamiento de Madrid sobre el proyecto para reformar el rascacielos para que albergara un hotel y apartamentos de lujo han terminado con él. El holding del multimillonario chino Wang Jianlin, que compró del edificio a mediados de 2014 por 265 millones de euros, no acometerá finalmente la obra. El principal punto de fricción ha sido el del mantenimiento de la fachada del inmueble pero no ha sido ni mucho menos el único. Los responsables de Wanda no estaban dispuestos a comprometer buena parte de los 700 millones de inversión previstos con el horizonte plagado de dificultades que le planteaba el Ayuntamiento de Madrid.
El concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, se mostró sorprendido por la decisión de Wanda, toda vez que había un acuerdo entre las partes para acometer la obra respetando la fachada, en contra del planteamiento inicial del propietario del edificio. Según ha podido saber Vozpópuli, se trataba de un principio de acuerdo, una base para empezar a negociar cuestiones técnicas acerca de los trabajos. Ha sido precisamente esta negociación la que ha acabado con el proyecto.
“El grupo Wanda se ha ido porque el planteamiento que hacía el Ayuntamiento de Madrid era inviable y conllevaba una obra de siete años que es eterna e insostenible económicamente”, dijo a este periódico uno de los expertos que conoce la situación del Edificio España.
"Wanda se dio cuenta de que el Ayuntamiento también se opondría al parking, así como a otras modificaciones", dicen fuentes
El grupo chino siempre sostuvo que si no se derribaba la fachada (que se comprometía a reconstruir posteriormente con toda fidelidad al original), la obra no podría realizarse en condiciones de seguridad. Pero, además, Wanda también contaba con que esta opción, avalada por los informes de expertos independientes contratados por el Ayuntamiento de Madrid, era mucho más costosa, tanto desde el punto de vista económico como temporal.
Guerra de informes por la fachada
Wanda encargó un informe a dos de las mejores empresas españolas de ingeniería que concluía que la fachada estaba en mal estado y que era necesaria su renovación. Los dos estudios planteaban que lo razonable era la sustitución de todo el frente. Ante la petición del holding chino, el Ayuntamiento se presentó en la reunión de la Comisión Local Patrimonio con otros dos informes, elaborados por despachos profesionales de Madrid, que decían que se podía y se debía mantener la fachada.
También había un informe de los propios técnicos del Ayuntamiento a favor de esta tesis. Estos documentos se debatieron en la comisión que aprobó no conceder la petición de los inversores chinos de sustituir la fachada. “No se podía tomar una decisión que fuera contra la Ley”, añadió una persona que conoce los debates.
El primero de muchos obstáculos
Pero, además, las negociaciones posteriores también hicieron ver a Wanda que el de la fachada sólo sería el primero de un buen número de obstáculos que el Consistorio de la capital le iba a plantear a lo largo del proyecto. Así, los responsables del holding chino encargados de hablar con el Ayuntamiento observaron muchas reticencias de la corporación municipal que encabeza Manuela Carmena a los aspectos de la reforma de la Plaza de España en los que Wanda quería intervenir.
El proyecto del hotel, los apartamentos de lujo y la zona comercial precisaba de un nuevo parking en la zona, algo que estaba contemplado en los planteamientos iniciales de reforma de la Plaza de España trazados por el anterior equipo de Gobierno del Ayuntamiento, bajo el mandato de Ana Botella.
Sin embargo, los planes del equipo de Carmena no van, precisamente, en esta dirección. “Wanda se dio cuenta de que el Ayuntamiento también se opondría al parking, así como a otras modificaciones en la zona que necesitaba el grupo para llevar a cabo su proyecto”, señalan fuentes conocedoras de las negociaciones.
"El grupo Wanda se ha ido porque el planteamiento que hacía el Ayuntamiento de Madrid era inviable", dice un experto
Una continua lucha, un permanente desencuentro “con el agravante de que en el momento en el que comenzaran las obras, Wanda entraba en un punto de no retorno en lo económico. Por eso, antes de mover una sola piedra ha decidido dar marcha atrás. No estaba dispuesto a invertir tal cantidad de dinero para que, al final, el proyecto no quedara a su gusto”.
El incierto futuro del rascacielos
El holding asiático no temía afrontar la inversión que debían acometer, pero sí el tiempo que podía tardar en poner el edificio en funcionamiento, toda vez que la propuesta elaborada por los estudios de arquitectura contratados por Wanda establecían que el Edificio España podría empezar a explotarse dentro de dos años y medio o tres, como tarde. Es decir, la mitad que en el planteamiento exigido por el Consistorio.
Con este panorama, Wanda decidió hace unos días en China abandonar el proyecto y cerrar sus oficinas en Madrid. Los expertos señalan que la única solución que queda ahora es que llegue una empresa y compre el edificio para hacer un proyecto más modesto que incluya una remodelación en apartamentos. La conversión de algunas plazas en hotel sería otra de las soluciones, pero en ningún caso se planteará el ambicioso programa del grupo chino.