La empresa china fabricante de teléfonos y tecnología Xiaomi ha anunciado este jueves que ha presentado una oferta inicial pública (IPO, por sus siglas en inglés) para salir a bolsa en Hong Kong, una operación que supondrá la mayor salida a bolsa del año en todo el mundo.
La compañía, que es el cuarto mayor fabricante de teléfonos inteligentes del mundo, espera recaudar 10.000 millones de euros con esta salida a los mercados.
Con ello, la empresa alcanzaría un valor de 100.000 millones de dólares y superaría a otras grandes tecnológicas chinas como Baidu y JD, convirtiéndose en la tercera mayor empresa de tecnología china en valor, después de los gigantes Tencent y Alibaba.
Según datos publicados por la prensa local, la salida a bolsa de Xiaomi, fundada en 2010 por el empresario Lei Jun, también sería la cuarta mayor operación en la historia de la bolsa de Hong Kong (la decimoquinta más grande del mundo) y la mayor de una compañía china en los últimos cuatro años, desde la salida a bolsa de Alibaba en septiembre de 2014.
Salida a bolsa dual
En los últimos meses los rumores de una posible salida a bolsa habían ido creciendo y se había hablado sobre una posible salida a bolsa dual, en el parqué de Hong Kong y en China continental.
Finalmente, la ciudad elegida ha sido Hong Kong, un mercado que acaba de reformarse y permite que puedan cotizar compañías con diferentes clases de acciones. Así, de acuerdo con la solicitud de Xiaomi, su estructura accionaria comprenderá acciones de clase A y acciones de clase B.
Cuarta marca de móviles
Xiaomi, que en menos de una década se ha transformado de una startup en un gigante con ingresos de unos 16.000 millones de dólares, tuvo un buen comienzo en 2018 y sus envíos de teléfonos móviles alcanzaron en el primer trimestre las 27 millones de unidades (el 7,5 % del mercado mundial).
Tanto por cuota de mercado como por envío real la compañía es ya la cuarta marca que más teléfonos vende en todo el mundo, detrás de Samsung, Apple y Huawei.
Xiaomi obtiene el 70% de sus ingresos de la venta de teléfonos inteligentes, mientras que el resto procede de aparatos inteligentes integrados en sus móviles, como televisores, drones, dispositivos de realidad virtual o purificadores de aire.