La guerra energética que disputan Rusia y la Unión Europea ha escalado un paso más este viernes. Gazprom, la empresa gasística rusa, ha anunciado el cierre indefinido del gasoducto Nord Stream 1, que lleva el gas hasta Alemania y abastece a toda Europa central, mediante un comunicado. El monopolio asegura que ha detectado unas fugas de aceite que es necesario reparar. El presidente de la compañía, Alexei Miller, ha asegurado que las sanciones impuestas por la comunidad internacional como represalia por la invasión de Ucrania dificultan las tareas de reparación, que corresponderían a la firma Siemens. El suministro estaba interrumpido desde el pasado miércoles por trabajos de mantenimiento y se iba a reanudar este sábado. A lo largo de las últimas semanas se han producido una serie de cortes, pero estos siempre habían sido temporales y se reanudaban a los pocos días. El verano toca su fin y el presidente ruso, Vladimir Putin, es consciente de que un invierno sin suministro de gas en Europa puede hacerse muy largo. Está dispuesto a utilizar esa presión. Sin embargo, los países comunitarios llevan tiempo preparándose para una eventualidad así.
El anuncio, aunque no ha sorprendido a Bruselas, ha enfurecido a las autoridades comunitarias, que no han tardado en pronunciarse y acusar a Rusia de "poca fiabilidad" y de "cinismo". La acción de Gazprom sume en una profunda incertidumbre el futuro de los bombeos a través del Nord Stream 1 y supone una presión añadida para la Unión Europea, que respalda sin ambages a Ucrania y ha condenado con contundencia (y sanciones económicas) la agresión rusa.
De hecho, el corte indefinido del suministro se produce pocas horas después de que el G-7 y la Comisión Europea pactasen imponer un precio máximo al petróleo ruso y la presidenta del Ejecutivo comunitario, propusiera que ese limitación se extendiera al gas ruso.
Para el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el anuncio de Gazprom "no es ninguna sorpresa", pero ha avisado: "El uso del gas como arma no cambiará la resolución de la UE". Así, el bloque "acelerará" las medidas para avanzar hacia la "independencia energética" al tiempo que sigue con su "deber" de proteger a los ciudadanos de Ucrania y "apoyar la libertad" de este país.
Alemania, uno de los países que puede verse más afectado por la decisión de Rusia, ha asegurado que el suministro está plenamente garantizado, pese a las circunstancias. Una portavoz del Ministerio de Asuntos Económicos alemán ha evitado valorar este cierre, pero sí ha advertido de que Rusia lleva semanas demostrando su "poca fiabilidad" como suministrador de combustibles fósiles a Europa.
Berlín ve necesario seguir con el progresivo refuerzo de la "independencia" energética frente a Moscú. "Estamos ahora mucho más preparados que hace unos meses", ha enfatizado la portavoz. Las reservas de gas en Alemania rondan el 84,3% de la capacidad total y el Gobierno prevé llegar "en los primeros días de septiembre" a la meta del 85% que inicialmente se había fijado para octubre, según recoge la agencia Europa Press.
También la Unión Europea se ha preocupado por aumentar las reservas de gas de cara al invierno. Los datos de Gas Infraestructure Europe señalan que los almacenes de gas ya están completos a un 80%.
Límite al precio del petróleo
Los países del G-7 han empezado a debatir imponer un tope al precio del petróleo ruso como forma de reducir los ingresos y la capacidad de Rusia para financiar la guerra. Estas naciones se han comprometido este viernes a trabajar para que esta medida esté lista "lo antes posible". Bruselas ha llegado a plantear ampliar esta medida al gas.
Una nota distribuida tras la reunión de G-7 contiene una invitación para que los países productores de petróleo aumenten su producción para disminuir la volatilidad de los mercados energéticos. "Damos la bienvenida a las recientes decisiones de la OPEP de aumentar la producción. Les exhortamos a que continúen actuando en ese sentido", concluye el comunicado.
La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, ha elogiado este viernes el límite a los precios del petróleo ruso y ha asegurado que obstaculizarán la invasión de Rusia en Ucrania y acelerarán el deterioro de la economía rusa.