Energía

Japón cambia su política ante la subida del petróleo: se encomienda a la energía nuclear

El país nipón volverá a construir plantas nucleares para reducir las emisiones de CO2 y estabilizar el suministro energético

  • El primer ministro de Japón, Fumio Kishida

Japón contempla la construcción de una nueva generación de plantas nucleares y extender la vida útil de sus reactores por encima de los 60 años, con el objetivo de reducir sus emisiones de CO2, según un plan anunciado este miércoles por el Ejecutivo. Estas propuestas, que suponen un cambio importante en la política del Gobierno nipón de no construir nuevas centrales, incluyen también la reactivación de un total de 17 reactores para el verano que viene, después del apagón nuclear posterior a la crisis de Fukushima de 2011.

Las medidas han sido planteadas por el primer ministro, Fumio Kishida, durante un encuentro de la iniciativa gubernamental llamada “Green Transformation” (GX) entre el propio primer ministro nipón y miembros del Ejecutivo. “Japón debe ir resolviendo sus problemas de cara al futuro mientras promueve la transformación energética”, ha señalado Kishida durante la reunión.

El Ministerio de Economía, Comercio e Industria ha estado estudiando el desarrollo de las centrales nucleares de nueva generación y anteriormente ya había publicado una estrategia para la mejora de reactores en activo y con mejores funciones de seguridad para 2030.

El plan también incluiría la extensión de la vida máxima de los reactores para que puedan operar más de 60 años, ya que después del desastre de Fukushima, se introdujeron medidas más estrictas y este número se redujo a 40. En relación a la reactivación de las plantas, el Ministerio también planea tener un total de 17 reactores nucleares operativos, incluyendo 10 que ya han sido aprobados para operar, con el objetivo de prepararse mejor para una posible escasez de suministro eléctrico especialmente en los meses de invierno.

"Apagón nuclear" tras el accidente de Fukushina

Japón entró en un “apagón nuclear” tras el accidente de la central de Fukushima Daiichi desencadenado por el terremoto y el tsunami de marzo de 2011. El Gobierno y la nueva autoridad reguladora para la energía atómica establecieron criterios de seguridad más estrictos a raíz de esta crisis que obligaban a todas las plantas del país a suspender sus operaciones hasta atenerse a los nuevos estándares.

Sin embargo, 42 reactores existentes en condiciones técnicas de operar no han superado los nuevos estándares de seguridad del regulador nipón o han sido desaprobados por la justicia y solo unos pocos han recibido el visto bueno de las autoridades para volver a funcionar.

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