Nuevo repunte de EREs en España ante el temor de los empresarios a que se produzca la derogación total o parcial de la reforma laboral. En los últimas semanas se han anunciado diferentes ajustes de plantilla que se suman a otros que ya se conocieron en 2019 y que ahora han terminado de materializarse. Los recientes casos de Haya Real Estate, Ibercaja, Levantina, Schindler o Sniace se unen a una avalancha que se desató en 2019, en la cual se vieron implicados grandes bancos como son CaixaBank y Santander.
Fuentes empresariales y sindicales consultadas por Vozpópuli coinciden en la "preocupación" por el estallido de una ola de ajustes de plantillas durante los últimos doce meses ante los ecos de un posible cambio en la legislación laboral en España dentro de un marco ya de por sí incierto a nivel económico tanto en nuestro país como a nivel internacional.
Una ola que parece haberse intensificado en el último mes, en paralelo a la conformación del Gobierno ya por muchos "sospechado" durante 2019 y la "sensación" de que este avanza en la toma de medidas que afectan de forma muy sensible al área laboral. La mayor parte de esas medidas son favorables al trabajador, pero tienen un impacto importante en la plantilla y en la economía de la empresa, explica Luis Jiménez-Arellano, abogado especialista en derecho laboral del bufete Mas y Calvet.
"Tormenta perfecta"
Además, estos nuevos recortes de plantilla se dan justo en un momento marcado por señales de estancamiento económico e incertidumbre política. "Todo ello hace que los empresarios teman un endurecimiento real de las causas justificativas para el despido objetivo (económicas, técnicas, organizativas y de producción), que también son válidas para los ERE o despidos colectivos. En este contexto, no es de extrañar que se adelanten a recortar plantillas, también porque muchas no podrían hacer frente al coste empresarial que supondrán las nuevas medidas", expone Jiménez-Arellano.
"Se ha producido una tormenta perfecta. No hemos terminado de salir de la crisis anterior y parece que estamos entrando en otra", apunta por su parte Víctor Fermosel, abogado especializado en RR.HH. y profesor de la Escuela de Negocios EAE Business School. "En la anterior crisis, muchas empresas acabaron entrando en concurso al no poder hacer frente a sus pagos. Ahora, lo que se busca es anticipar ese tipo de problemas, en un contexto en el que además resuenan los ecos de la derogación de la reforma laboral. Suena duro pero se trata de sacrificar 250 personas ahora para asegurarte de mantener otros 1.000 que tener que despedir a los 1.250 en 2021".
Preocupación sindical
"Las empresas están utilizando un contexto de incertidumbre para abaratar condiciones laborales", afirma por su parte Lola Santillana, Secretaria de Empleo, Cualificación Profesional y Migraciones de Comisiones Obreras.
"Ya en el pasado mes de agosto, por ejemplo, el número de EREs se duplicó respecto al año anterior. Es evidente que hay un repunte preocupante en los últimos meses; nos consta además que en algunos sectores industriales se ha hablado del traslado de plantas a otros países. Siempre para abaratar costes laborales, y sin dar mayores explicaciones a los trabajadores que 'causas organizativas'", esgrime Santillana.
"Creemos se trata de pretensiones que venían de antes y que encuentran en el actual clima de incertidumbre la excusa perfecta. Precisamente queremos que se cambie la reforma laboral para que las empresas no puedan recurrir a EREs aduciendo, como sucede en muchos casos, mayor explicación que 'causas organizativas'".
"Causas económicas y organizativas"
Causas "económicas" y "organizativas" han justificado dos de los mayores EREs anunciados en 2020, cuya letra chica se ha conocido esta semana. El mayor de ellos es el de Ibercaja, que afectará a 550 trabajadores y supondrá el cierre de 160 oficinas. Este es el planteamiento que ha hecho el banco en la primera reunión, previa al periodo formal de consultas, que han mantenido con la parte social este miércoles, 12 de febrero.
Ibercaja señala que este ERE responde a causas económicas y organizativas frente a la falta de rentabilidad del sector. Los bancos se han convertido en ramo que menos gana sobre su capital, por lo que están prácticamente todas las entidades, de las diez más grandes de España, con procesos de reestructuración. Además, la entidad aragonesa descarta que este ajuste se debe a movimientos políticos y ha argumentado que en 2017 ya se había pactado con los sindicatos volver a acometer otro proceso de reestructuración en 2020.
Paralelamente, el servicer inmobiliario Haya Real Estate, del fondo estadounidense Cerberus, apunta a recortar su plantilla en un 26% al cabo de las negociaciones con los sindicatos, que comenzaron el pasado lunes y deberán culminar el próximo mes de marzo. Previamente, en enero, había anunciado su intención de conseguir "una organización más ágil, eficiente y centrada en las necesidades de sus cliente" para, "en un mercado exigente en constante evolución, dar respuesta a un entorno que plantea nuevos retos".
La entidad, que gestiona activos inmobiliarios y financieros por valor de 42.400 millones para BBVA, Bankia o Cajamar, despedirá a 292 empleados por la pérdida de contratos durante 2019 - el principal de ellos, con la Sareb -, "duplicidades" tras la absorción en 2019 de Divarian -antigua Anida de BBVA-, la "automatización" de algunos procesos, los flojos resultados de la cuentas de resultados de Haya en 2019 y las malas previsiones para la cuenta de resultados de 2020.