España fue el segundo país de la Unión Europea (UE) donde más decreció el empleo durante el segundo trimestre del año, en comparación con el cuarto trimestre de 2019 y el tercer país donde el paro juvenil se vio más afectado, según Eurostat. Entre abril y junio, en mitad del confinamiento decretado para luchar contra la primera ola de la covid-19, el empleo de las personas entre 20 y 64 años descendió en España tres puntos porcentuales, cifra superada sólo por Estonia, donde el descenso fue cercano a los cuatro puntos porcentuales.
El resto de países de la UE también vieron decrecer sus cifras de empleo durante el segundo trimestre de 2020, en comparación con el cuarto de 2019, a excepción de Alemania y Malta. En total, en la UE durante ese periodo se registraron 187,3 millones de personas empleadas de entre 20 y 64 años, en comparación a los 190,1 millones del último trimestre de 2019, lo que supone un descenso de un punto porcentual.
Golpe al empleo juvenil
Por lo que respecta al empleo juvenil, España fue el tercer país de la UE en destruir empleo, en más de cuatro puntos porcentuales, superado sólo por Eslovenia e Irlanda. Alemania, por contra, registró buenas cifras en este ámbito y de hecho fue el único país de los Veintisiete que consiguió crear empleo entre los jóvenes de 15 a 24 años.
Entre abril y junio de este año, el empleo en la UE entre los trabajadores jóvenes bajó un 2,1%, desde el 33,3% hasta el 31,2%. Entre los trabajadores de 25 a 54 años, descendió 1,2% (del 80,6% al 79,4%) y bajó 0,4 puntos entre los empleados de 54 a 64 años (desde el 59,6% al 59,2%)
El empleo femenino aguanta
Contra lo que suele ser habitual, el descenso del empleo afectó más a los hombres que a las mujeres, pues entre los trabajadores el empleo descendió 1,3%, frente al 1% de las trabajadoras. No obstante, en el segundo trimestre de 2020, solo un 66% de las mujeres tenía trabajo, frente al 77% de los hombres y, según Eurostat, la brecha se incrementa a medida que desciende el nivel de estudios.
La brecha laboral entre los hombres y mujeres con bajos niveles de estudio fue del 21%, más del triple de la registrada entre aquellos que tienen un alto nivel educativo, con una diferencia de 6 puntos. Entre estos últimos, el 87% de los hombres tenía trabajo, frente al 81% de las mujeres, mientras que entre las personas con menor nivel de estudios, los hombres con trabajo representaron el 64%, frente al 43% de las mujeres.