España volvió a situarse en noviembre como el país de la Unión Europea (UE) con más paro por sexto mes consecutivo, con una tasa del 14,1%. Aunque se redujo tres décimas respecto a la de octubre (14,4%), todavía duplicaba la de la Eurozona (que bajó en noviembre al 7,2%, a mínimos de la pandemia) y la de la UE (6,5%), según los datos publicados este lunes por Eurostat.
Tras nuestro país, las mayores tasas de paro correspondieron a Grecia, con un 13,4% (una décima más) e Italia, con un 9,2% (dos décimas menos). Por el contrario, las menores cifras de paro se observaron en República Checa (2,2%), Países Bajos (2,7%) y Polonia (3%).
La oficina estadística europea calcula que de las 13,98 millones de personas que carecían de empleo en la UE en noviembre de 2021, 3,27 millones se encontraban en España. Esto supone un descenso mensual de 88.000 personas si se compara con el dato de noviembre (3,36 millones).
En cualquier caso, de los Veintisiete, España encabezó la lista de desempleo, como viene ocurriendo desde junio, cuando España superó la tasa de Grecia en cuatro décimas al descender la del país heleno un punto respecto al mes anterior (del 15,9% en mayo al 14,9% en junio) y la de nuestro país sólo una décima (del 15,4% al 15,3%).
El paro juvenil baja del 30%
De todos los desempleados registrados en España en el último mes recogido por Eurostat, 493.000 eran menores de 25 años, 9.000 menos que un mes antes. De esta forma, la tasa de paro de juvenil de España fue del 29,2%, frente al 30,2% de octubre.
Esta fue la primera vez desde noviembre de 2008 que el paro entre los jóvenes bajó del umbral del 30% en España. Aún así, la tasa fue la segunda más elevada de la Unión Europea, solo por detrás del 39,1% de Grecia y por delante del 28% de Italia.
Finalmente, España también supera con creces la brecha de género de la UE en términos de desempleo. En noviembre, la tasa de paro entre los hombres se situó en el 12,7%, mientras que ascendió al 15,6% entre las mujeres. Es decir, que la diferencia entre ambas tasas es de casi tres puntos porcentuales, multiplicando por seis la brecha existente en el conjunto de la UE (0,5%).