El esfuerzo que las familias españolas hacen para pagar la factura del agua, en relación con su renta, es el segundo menor de Europa, tras Italia, a pesar de que al no ser un país húmedo el punto de partida para captar el agua para consumo doméstico es más desfavorable que en otros países del entorno.
Esta es una de las conclusiones incluidas en el último número de Papeles de Economía Española, editado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) y presentado este martes en Sevilla bajo el título de 'Economía de las ciudades', que aborda los retos a los que se enfrentan las ciudades y los aspectos que influyen en su desarrollo ante la creciente urbanización.
En un análisis sobre el modelo de gestión del agua, concluye que el precio no da argumentos suficientes para la remunicipalización del servicio en las ciudades españolas más habitadas.
Además, hace referencia a los datos de la International Water Association, que manifiesta que el precio del agua en España es un 35,30 por ciento más barato que el promedio europeo.
Factura eléctrica
La revista compara el "esfuerzo" para pagar la factura del agua, el segundo menor de Europa, con el que se hace para pagar la factura eléctrica, en el que los hogares españoles son los terceros que más deben hacer, y en la factura del gas, donde son los segundos.
En el caso de la electricidad, España ocupa la tercera posición en cuanto a precios, sólo tiene la luz más cara después de Dinamarca e Italia y muy debajo de países de alto poder adquisitivo como Reino Unido, Francia o Países Bajos.