La última ocasión que el Banco Central Europeo (BCE) abrió su barra, los bancos españoles se bebieron el doble de la liquidez que habían solicitado hasta ese momento, según reflejan los datos del Banco de España a los que ha tenido acceso Vozpópuli. Las entidades que operan en nuestro país multiplicaron por dos sus demandas de fondos al Banco Central Europeo (BCE) hasta alcanzar los 158.000 millones en créditos en la última subasta.
La cifra refleja la enorme dependencia de las entidades españolas para obtener financiación en los mercados internacionales. De hecho, los bancos españoles e italianos están absorbiendo ya más de la mitad de las emisiones para todo el sistema europeo, en total un 52% de las emisiones del BCE.
El repaso histórico a las subastas del BCE muestra que en los últimos meses, la banca española ha disparado sus demandas de dinero de Fráncfort. Los bancos nacionales demandaron 115.000 millones de euros al sistema europeo el pasado mes de diciembre y más del doble en febrero, por lo que suman ya un total de créditos por valor de más de 315.300 millones de euros en créditos a tres años.
La sopa de letras crediticia revela una palabra: dependencia
Los esquemas de crédito que ha diseñado el BCE dejan una sopa de letras con un solo resultado: los bancos españoles están aumentando su dependencia del sistema europeo.
En la actualidad, el Banco Central Europeo tiene dos líneas abiertas para financiar a las entidades: los créditos a tres años o de largo plazo, conocidos como “litros” en el argot financiero por sus siglas LTRO (Long-Term Refinancing Operations) y los créditos para financiar operaciones a corto conocidos como MRO (Main Refinancing Operations).
Los bancos siguen cerrando el grifo de operaciones ordinarias y pidiendo créditos para tres años
Si se suman ambas líneas, se observa una dependencia creciente de Frankfurt y una evidencia: los bancos españoles siguen retrayéndose de las operaciones del día a día y siguen aumentado sus reservas de créditos a tres años, es decir, siguen cerrando el grifo del crédito privado para operaciones ordinarias y siguen financiando la deuda pública del Estado español con posiciones a largo plazo.