El Estado vuelve a socorrer a Abengoa año y medio después de que el grupo acordara un plan de refinanciación con sus acreedores para evitar la declaración de concurso de acreedores. La multinacional sevillana ha solicitado a Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (Cesce) aval para una línea de liquidez financiera por importe de 62,5 millones de euros.
Abengoa presentó el domingo por la noche sus resultados semestrales -pérdidas de 100 millones- y un nuevo acuerdo propuesto a los acreedores "para financiar las necesidades de liquidez y avales". El acuerdo, sujeto al cumplimiento de determinadas condiciones, contempla un importe de 97 millones de "nueva liquidez" y nuevas líneas de avales por valor de 140 millones de euros.
La compañía explica en sus comunicaciones a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que, de esas nuevas líneas de avales, se ha requerido a Cesce cobertura por el 50% de un importe de 125 millones de euros que servirán para financiar obras en el extranjero.
El presidente de Abengoa prevé terminar el año con una plantilla de 14.000 trabajadores, 2.000 más que en 2017
Cesce, participado por el Estado (50,25%), Santander (23,87%), y BBVA (16,3%), avala los créditos de los bancos que otorguen nueva liquidez a Abengoa. El aval de Cesce tiene que contar con el visto bueno de la Comisión de Riesgos por Cuenta del Estado, en la que están representados varios ministerios.
El salvavidas de Cesce a Abengoa se produce a pesar de las pérdidas que la crisis de la compañía ha supuesto para las arcas públicas. El Instituto de Crédito Oficial y Cofides registraron pérdidas millonarias por la financiación de Abengoa; los organismos públicos no tuvieron más opción que, al igual que buena parte del resto de los acreedores del grupo, aceptar una quita del 93% de la deuda en el acuerdo de refinanciación firmado en marzo de 2017, que evitó la quiebra de la empresa.
La Secretaría de Estado de Comercio, dependiente del Ministerio de Economía, cuenta en la actualidad con una participación del 3,152 % en Abengoa, después de que se canjeara la deuda de la compañía con los organismos públicos españoles por acciones de la compañía energética.
Abengoa ha pasado de generar unos costes de 452 millones en 2015 a menos de 80 millones este año
"Seguimos teniendo una estructura de balance muy pesada, que nos ahoga y limita el acceso al crecimiento y a la financiación", admitió el lunes el presidente de Abengoa, Gonzalo Urquijo, en una conferencia telefónica. Urquijo aseguró que el nuevo plan de financiación propuesto es "un gran paso" para equilibrar el balance y "fundamental" para asegurar la viabilidad de la compañía.
El nuevo acuerdo de financiación de Abengoa está condicionado, entre otros factores, al término de la venta de la participación de la compañía en la estadounidense Atlántica Yield y a la venta de su mayor proyecto en México, que el grupo espera cerrar antes de final de año.
Más empleo y plan de incentivos
Gonzalo Urquijo avanzó en la conferencia ofrecida el lunes para explicar los resultados semestrales y el nuevo acuerdo de financiación, que el grupo propondrá a los accionistas un plan de incentivos para ejecutivos en su próxima junta general.
El presidente de Abengoa no dio más información sobre ese plan de incentivos, pero aseguró que en todo caso estará ligado a las acciones.
Urquijo se refirió al plan de reducción de costes de la multinacional que han pasado de 452 millones de euros en 2015 a, previsiblemente, menos de 80 millones en el actual ejercicio. El presidente del grupo lamentó que el plan de reducción de costes hay implicado una severa reducción de plantilla. Abengoa ha pasado de emplear a más de 32.000 personas hace tres años a 12.500 al término de 2017. Sin embargo, Urquijo destacó que este año la compañía ha vuelto a crear empleo y que terminará el año con una plantilla compuesta por 14.000 trabajadores.