El plan de ahorro energético del Gobierno no ha calado en el comercio como el Gobierno preveía. Mes y medio después de la entrada en vigor de las primeras medidas -el control de temperaturas y el apagado de escaparates-, y a pocos días de que lo haga la más discutida -el cierre automático de puertas-, el comercio considera que el cumplimiento de la norma está siendo "opcional".
En esta línea, la diferencia es relevante entre las grandes cadenas, que sí han cumplido con la norma desde el primer día, y el pequeño y mediano comercio, que la ha aplicado "según sus posibilidades". Con las comunidades autónomas detrás del control de la aplicación del plan energético, la norma ha pasado a ser "una recomendación".
Así lo explican desde la patronal que representa a pequeños y medianos comerciantes, la Confederación Española de Comercio (CEC). "La norma se ha disuelto como un azucarillo. Las comunidades, más que obligar, han pasado a recomendar. Y se ha visto que el tema de las luminarias estaba hecho, que ahora las tiendas están un poco más pendientes de la climatización para no pasarse de frío, siendo un poco responsables, y que los escaparates van un poco según las zonas", explica el portavoz de la CEC, Carlos Moreno, en conversación con Vozpópuli.
Según esta patronal, la más representativa del comercio de proximidad en España, el mensaje que recibieron de las comunidades fue similar en todo el país: "Dijeron que lo recomendaban, pero que no iban a ser estrictos. Sobre todo porque hay medidas para el ahorro energético que van a estar por encima de esto, porque el comercio minorista es residual en este consumo. La repercusión es muy pequeña", recalca Moreno. Por el momento, ninguna comunidad ha hablado de sancionar al establecimiento que no cumpla con los puntos del plan.
El próximo 30 de septiembre entrará en vigor la medida que más han discutido los comercios, sobre todo los pequeños. La obligación de instalar un cierre automático en las puertas de los locales despertó el rechazo de muchos de ellos a la medida, por el coste que supone. Con esta medida, el Ejecutivo pretende impedir que las puertas "se queden abiertas permanentemente, con el consiguiente despilfarro por pérdidas de energía al exterior". No obstante, también esto ha pasado a ser "una recomendación".
"Hay ayuntamientos y comunidades que sí han sacado ayudas para implantar estos cierres, por lo que hay una tendencia a aplicarlo, pero tampoco es obligatorio. Ha venido bien para concienciar sobre el gasto energético, también entre particulares, pero ya está", explican desde la CEC. A su juicio, medidas como un Plan Renove de electrodomésticos en los hogares "pueden ayudar más".
El comercio, incluido en el plan de ahorro
A comienzos de agosto el Gobierno presentó su plan para reducir el consumo energético, vigente hasta octubre de 2023. Entre las restricciones, el Ejecutivo apuntó a que obligaría a limitar el aire acondicionado en verano a 27 grados como mínimo, al tiempo que en invierno no permitirá poner la calefacción por encima de 19 grados.
Además de esta medida relativa a la temperatura, que debía aplicarse desde el 9 de agosto, el Gobierno avanzó que la exigencia para que las puertas de los comercios tuvieran cierres automáticos debería ponerse en marcha antes del 30 de septiembre.
Asimismo, el alumbrado de los escaparates de los establecimientos, apuntó el Ejecutivo, deberá estar apagado a las 22 horas. "Esta disposición también se aplicará a los edificios públicos que estén desocupados en ese momento. Igualmente tendrán siete días para cumplir y lo tendrán que hacer hasta el 1 de octubre de 2023", apuntaron.
Como anunció el Gobierno, aquellos inmuebles que hayan pasado la inspección de eficiencia energética antes del 1 de enero de 2021 "deberán someterse a una revisión extraordinaria antes del 31 de diciembre de 2022, de modo que todos los edificios con un consumo de climatización relevante hayan superado una inspección en los últimos dos años".