La situación de los fijos discontinuos en España es una incógnita que el Gobierno se resiste a resolver. La reforma laboral impulsada por Yolanda Díaz ha disparado este tipo de contrato, que permite a la empresa desactivar al trabajador durante un periodo de tiempo sin tener que despedirle. Es decir, el empleado no trabaja ni cobra, pero mantiene la relación laboral.
Mientras espera a ser llamado de nuevo puede inscribirse como demandante de empleo en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y cobrar una prestación si ha cotizado lo suficiente. Lo llamativo es que ni siquiera en ese último caso, aquellos que cobran el paro, constan en las estadísticas de desempleo que difunde el Gobierno.
Aunque el Ejecutivo no lo proporciona en los informes mensuales, este dato sí es público. A cierre de agosto había 201.296 personas con un contrato fijo discontinuo pero cobrando una prestación contributiva por desempleo, según el SEPE. La última cifra disponible desvela que ya han superado la barrera psicológica de los 200.000 y que han crecido un 64% respecto al mismo mes de 2021, cuando había 122.731.
Otra cuestión llamativa sobre la que ha alertado el estadístico especializado en análisis del mercado laboral Raül Segarra es que la tasa de cobertura de la prestación por desempleo ya no es comparable con los niveles previos a la reforma laboral, precisamente, por los fijos discontinuos. La tasa de cobertura es el porcentaje de parados que cobran una prestación por desempleo.
El Ejecutivo 'vende' ahora que supera el 70% por primera vez desde 2011 y se ha incrementado un 23% desde el mínimo que marcó en 2016, pero lo cierto es que el Ministerio de Trabajo estaría sobreestimado esta tasa de cobertura al excluir a los fijos discontinuos del paro registrado (denominador) pero sí tenerlos en cuenta en las prestaciones (numerador).
Sin datos del total de fijos discontinuos parados
Lo que se desconoce es cuántos fijos discontinuos están parados cada mes e inscritos en el SEPE, cobren o no una prestación por desempleo. Este es el dato que el Ministerio de Trabajo se comprometió a publicar en enero, pero aún no ha dado. Lógicamente sería superior a los 200.000 que recibían una prestación en agosto, pues no todos la habrán generado.
Los cálculos a través de la evolución de otra categoría más amplia que sí difunde el SEPE (demandantes de empleo con relación laboral) apuntan a que hay cerca de medio millón de personas en esta situación. La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha advertido que de contabilizarse, el paro 'efectivo' superaría los 3,2 millones, frente a los 2,7 millones que comunica Trabajo.
"El SEPE tiene un tesoro, tiene una información hiperdetallada, pero no ha dado el paso de publicar los resultados desagregados. La cultura estadística pasa por entregar estos microdatos anonimizados, como hacen las demás instituciones", dijo Florentino Felgueroso, investigador de Fedea, ya en diciembre de 2022 durante la presentación de uno de los informes del servicio de estudios sobre el mercado laboral en el que acuñó el concepto de paro efectivo.
En un plano más amplio estarían ya todos los fijos discontinuos parados, inscritos o no en el SEPE. Esta cifra es aún más difícil de conocer, quedando fuera de toda estadística. Por tanto, el dato que el Gobierno proporciona a día de hoy, los fijos discontinuos inactivos que cobran el paro, es la representación más pequeña de una realidad desconocida, pero también la más polémica cuando se habla de la exclusión de este colectivo en el paro registrado.