El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pedido eficiencia a los Gobiernos en las inversiones que vayan a acometer para amortiguar el impacto del coronavirus en la economía, dado que un 15% de las inversiones en infraestructuras que se realizan en los países desarrollados suelen malgastarse y dar lugar a casos de corrupción.
"La inversión pública en infraestructuras jugará un papel clave en la recuperación. Pero con los recursos limitados, los Gobiernos deben gastar el dinero de los contribuyentes sabiamente en los proyectos correctos. Para ello, los países necesitan una buena gobernanza de la infraestructura: instituciones y marcos sólidos para planificar, asignar e implementar una infraestructura pública de calidad", pide el FMI en su último trabajo titulado 'Bien gastado: cómo una sólida gobernanza de la infraestructura puede acabar con el desperdicio en la inversión pública'.
La institución que dirige Kristalina Georgieva denuncia en este libro que "con demasiada frecuencia, la inversión pública genera una infraestructura cara y de mala calidad, con beneficios limitados para las personas y la economía. Tiende a involucrar proyectos que son grandes, a largo plazo y complejos, todo terreno fértil para la corrupción, las demoras y los sobrecostos. Una sólida gobernanza de la infraestructura es clave para reducir este desperdicio".
En concreto, su estudio pone de relieve que los países desperdician de media un 33% de su gasto en infraestructuras por culpa de las ineficiencias, un porcentaje que en el caso de los países desarrollados baja hasta el 15%.
En su análisis sobre España, el FMI denuncia que en el periodo 1995-2016 "la falta de transparencia en las licitaciones públicas condujo a prácticas corruptas" y pone como ejemplo de mala práctica la construcción del aeropuerto de Ciudad Real, "que no pudo garantizar un mínimo de demanda y tuvo que cerrarse unos años después de su construcción", o la quiebra de las autopistas y el rescate del Estado.
La importancia de gastar mejor
"Liberar este potencial debería desempeñar un papel importante a medida que los países se recuperan de la pandemia. La buena noticia es que las pérdidas de eficiencia y el despilfarro en infraestructura no son inevitables. Nuestras estimaciones muestran que más de la mitad de estas pérdidas podrían compensarse mediante una mejor gobernanza de la infraestructura", apuntan.
Esta institución considera que la recuperación económica necesaria tras la crisis provocada por la covid-19 es una oportunidad para que los países inviertan en una "infraestructura pública bien diseñada e implementada".
"La inversión en sistemas de salud, infraestructura digital y sostenible con el medio ambiente puede mejorar la vida de las personas, conectar los mercados y mejorar la resiliencia de los países al cambio climático y las pandemias futuras", señalan.
Además, creen que los países también deberán aumentar la inversión pública para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y las economías avanzadas deben abordar el envejecimiento de sus infraestructuras, como carreteras, puentes y sistemas de atención médica.
Advierten, aún así, de que los países deben gastar mejor para sacar el máximo provecho de sus inversiones, algo que "será más importante que nunca para reconstruir las economías tras la pandemia de covid-19", aseguran.