Reajuste de valoraciones más que preocupación por las decisiones adoptadas por el Banco Central Europeo en su reunión del jueves. Es la explicación de los movimientos en los mercados financieros, que reaccionaron presionando al alza la rentabilidad de los bonos, con caídas en las plazas bursátiles y una depreciación del euro. Las últimas intervenciones de Mario Draghi, presidente del supervisor europeo, y ciertas filtraciones habían dejado la sensación en los inversores de que se iban a implementar medidas mucho más contundentes de las que finalmente se han aprobado.
El volumen del programa de compras de activos de deuda no se va a incrementar más allá de los 60.000 millones de euros al mes actuales, por el momento, aunque sí se va a ampliar el QE hasta marzo de 2017, con la posibilidad de comprar deuda regional y local, y con una penalización del 0,30% a los depósitos bancarios en el BCE.
"Se sospecha que Draghi se extralimitó en sus insinuaciones y se ha topado con una férrea oposición liderada por Alemania”, a juicio de Simon Ward, economista jefe de Henderson Global Investors.
Una lección para los inversores de que las palabras 'mágicas' de Draghi tienen un efecto limitado a la realidad de los hechos. “El Banco Central Europeo no ha gestionado adecuadamente su estrategia de comunicación de cara a la reunión del organismo. Draghi ha realizado diversas declaraciones y se ha filtrado que se estaban estudiando 20 tipos de medidas de estímulo, lo que ha hecho que los mercados anticiparan una decisión mucho más rotunda”, señala Simon Ward, economista jefe de Henderson Global Investors. “Se sospecha que se extralimitó en sus insinuaciones y se ha topado con una férrea oposición liderada por Alemania”, ya que los ahorradores germanos se hubieran visto perjudicados por una mayor inyección de liquidez que rebajara aún más la rentabilidad de sus ahorros.
“Los inversores desprevenidos tendrán que aprender a mirar más atentamente los datos y no esperar a que el BCE vele siempre para tranquilizarles. Ahora estamos a la espera de la decisión que tomará la Reserva Federal este mes. Y suponiendo que Janet Yellen siga el plan previsto y suba los tipos de interés, tal y como se espera, podríamos asistir a la reanudación de la reciente tendencia bajista del euro”, asegura Azad Zangana, responsable de Economía Europea de Schroders.
La lección positiva de esta mesura con que al final ha terminado actuando el BCE es, según algunos analistas, que se ha percatado de que no puede actuar constantemente con artificios para dar oxígeno a los mercados. “Con los bajísimos niveles en los que ya se encuentran los tipos de interés, acelerar la expansión del balance del BCE tendría sin duda alguna un efecto adicional ínfimo sobre el crecimiento del crédito y la economía real. En otras palabras, el BCE está empezando a ver que los beneficios de sus políticas se apagan”, apunta Didier Saint-Georges, miembro del comité de inversión de Carmignac.
"Las medidas adoptadas equivalen a un remiendo superficial. Pero si el BCE no va a adoptar más medidas preventivas, entonces es todavía más importante que los políticos europeos sigan adelante con las reformas en las economías de sus países, afirma Patrick O'Donnell, gestor de Aberdeen Asset Management.
Con el cambio de ciclo de la política monetaria en Estados Unidos a la vuelta de la esquina y con la mente puesta en Japón y la inutilidad de las medidas adoptadas hasta ahora con la ultrainyección de liquidez al sistema, incluso en la renta variable a través de los fondos de pensiones, parece que Mario Draghi ha preferido resituar las expectativas de los inversores. Y de los gobiernos. “Todo el mundo estaba esperando que Draghi fuese el caballero blanco de Europa y realmente no lo ha demostrado. Las medidas adoptadas equivalen a un remiendo superficial. Pero si el BCE no va a adoptar más medidas preventivas, entonces es todavía más importante que los políticos europeos sigan adelante con las reformas en las economías de sus países. Estas medidas les conceden un poco de tiempo, pero no son la panacea. Y desgraciadamente muy pocos líderes europeos tienen el valor suficiente para luchar por las reformas que sus países necesitan”, afirma Patrick O'Donnell, gestor de Aberdeen Asset Management.
No hay que olvidar, ademas, el hecho de que las últimas previsiones de crecimiento del organismo supervisor europeo se han revisado al alza, como señala Yves Longchamp, responsable de Research de Ethenea Independent Investors. “Las previsiones de inflación han sido muy ligeramente revisadas a la baja, y no se debe a un incremento del riesgo de deflación, sino a que la inflación tardará más tiempo en subir de nuevo y alcanzar el objetivo del BCE del 2%. La decepción actual tiene por lo tanto al mismo tiempo una nota tranquilizadora”, subraya.