Para el inversor español el referente más cercano es Francisco García Paramés, de Bestinver, pero la filosofía value que subyace en sus inversiones tiene como referentes a Benjamin Graham y sus discípulos Warren Buffet o Charles Brandes, otro de los gurús de un estilo que se fija en el largo plazo a la hora de valorar una empresa y que sigue al pie de la letra los principios del creador de “El inversor inteligente”, un libro considerado la biblia de los fundamentos del value, escrito por Graham hace más de 60 años.
Brandes, que fundó su firma en 1974 en San Diego (California, Estados Unidos), conoció personalmente a Benjamin Graham y se ha mantenido fiel a su estilo desde entonces. Esta estrategia le ha dado un buen resultado, puesto que el año pasado por ejemplo el fondo europeo de gran capitalización de Brandes se situó en los primeros puestos por rentabilidad, según los datos de Morningstar.
El inversor español puede tener acceso a los cuatro fondos value de Brandes que solo se diferencian entre sí en la zona geográfica donde invierten, puesto que el proceso de inversión es el mismo: un fondo global, uno de Estados Unidos, otro de Mercados Emergentes y el de Europa.
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Y el artífice de que esto sea posible ha sido Antonio Banda, ex director de inversiones de Bankinter y anteriormente en HSBC, que decidió escribir un correo electrónico a Brandes para explicarle el potencial del mercado de fondos en España y convenció a la firma independiente norteamericana, que maneja 30.000 millones de dólares en activos bajo gestión, de la oportunidad de entrar en nuestro país.
Si convencer al gurú americano del value de la bondad del mercado doméstico de fondos parecía una tarea titánica, más difícil está resultando luchar contra la tradicional mentalidad conservadora del inversor español, acostumbrado a productos con estructuras como los garantizados, y también enfrentarse a un modelo de distribución comercial basado más en la retrocesión que en la aplicación de comisiones equitativas.
Pero Banda se muestra optimista sobre el cambio que se avecina en la industria. “En un entorno en el que las bolsas mundiales se encuentran en sus máximos históricos, no tiene sentido invertir en fondos que apenas ofrecen rentabilidad. Hay que perder el miedo al largo plazo, en función de las necesidades financieras de cada inversor y siempre asumiendo que existe un riesgo al invertir en renta variable”, asegura el responsable de ventas de la gestora en España.
Banda subraya que invertir a largo plazo no significa colocar el dinero en un fondo y olvidarse de él hasta dentro de muchos años. Precisamente la duración media de las carteras de los productos de Brandes se sitúa en torno a los cuatro años, “un período razonable para comprobar si se han cumplido los objetivos de una inversión”, señala.
“En Brandes aplicamos un margen de seguridad a las 10.000 compañías que monitorizamos que nos permite mantener un equilibrio entre el precio de mercado de las empresas donde invertimos y el precio que nosotros consideramos el adecuado por valoración. Y sólo invertimos en aquellas que no superan dicho margen”, explica Banda.