Los fondos garantizados, que fueron los impulsores de las instituciones de inversión colectiva en España, han ido perdiendo el poder de atracción comercial que algún día tuvieron. Antes de que estallara la crisis financiera, llegaron a representar casi la mitad de los activos bajo gestión de los fondos. Para el inversor español, acostumbrado tradicionalmente a la alta rentabilidad de la deuda pública española y los depósitos, constituyeron una forma de acceder fácilmente al mundo de los fondos sin grandes sobresaltos.
Pero ha sido precisamente la crisis la que ha dado la vuelta la situación. A finales del año pasado apenas representaban el 17% del total del patrimonio de los fondos, poco más de 33.230 millones de euros, una cifra que representa un 25% menos del volumen que manejaban en diciembre de 2013, según los datos de Ahorro Corporación.
La situación plana de los tipos de interés ya no favorece tanto la rentabilidad que pueden ofrecer en general a los ahorradores y para las gestoras representa un coste extra mantener la garantía, base que sustenta el gancho comercial de estos fondos: recuperar como mínimo el capital invertido. Además, los vaivenes que han sufrido durante los últimos años las entidades financieras en sus calificaciones crediticias han favorecido que algunas gestoras se vieran obligadas a contratar garantías externas.
De hecho, el riesgo de que no se alcance el rendimiento mínimo garantizado ha propiciado la creación de una nueva categoría, los fondos con objetivo de rentabilidad, que mantienen la misma estructura pero sin ofrecer ninguna garantía sobre el dinero invertido.
Durante los primeros años de la década, cuando la crisis se dejó sentir en la economía de España, proliferaron numerosos fondos garantizados de renta fija que podían ofrecer retornos atractivos gracias al buen comportamiento de la deuda pública española. Muchos de estos fondos han podido ofrecer una rentabilidad anual superior al 5%. El éxito de suscripciones provocó que en 2012 alcanzaran 36.393 millones de euros de volumen patrimonial, el máximo histórico de esta categoría.
Actualmente, los tipos de interés en prácticamente cero no permiten mostrar demasiado optimismo respecto al rendimiento extra que podrán ofrecer en su vencimiento. Y esto ha generado que numerosos fondos garantizados hayan alcanzado su objetivo de rentabilidad antes de que se cumpliera el plazo previsto, dejando poco margen de recorrido para ganar más.
Es el caso del Foncaixa Bienvenida, el fondo garantizado con mayor volumen patrimonial, con 1.242 millones de euros en activos bajo gestión a finales del año pasado, según datos de Inverco. El éxito comercial de este fondo de Caixabank fue tal que duplica en patrimonio al siguiente fondo garantizado de renta fija. En abril llegará a vencimiento con una rentabilidad media anual a tres años del 3,04%, un punto por encima del 2,034% de la TAE mínima garantizada que ofrecía.
“Al haber logrado antes de tiempo su objetivo de rentabilidad garantizada, el recorrido que le queda a este producto es mínimo, como se ha comprobado durante el año pasado, donde apenas se revalorizó un 0,6%. Es muy probable, por tanto, que al final la rentabilidad obtenida esté más cerca de la TAE garantizada”, señala Mar Barrero, analista de Profim.
El término de la garantía de este fondo en abril representa prácticamente las dos terceras partes del total de vencimientos que Invercaixa deberá afrontar este año y aún se desconoce si renovarán dicha garantía u ofrecerán otro fondo más acorde con la situación del mercado.
“La rentabilidad del 2,47% anualizado desde su inicio de Foncaixa Bienvenida no está mal, comparado con la estimación de su TAE por folleto. Pero si miramos en fondos de inversión normales, no garantizados, encontramos muchos con una rentabilidad mayor y un riesgo similar o menor, al margen de la garantía. Seguramente los inversores no estén decepcionados porque han obtenido lo que les dijeron, y de hecho algo más, pero hubiesen estado mejor en un producto de buena calidad de renta fija”, afirma Javier Sáenz de Cenzano, director de análisis de Morningstar Iberia.
A lo largo de 2015 se producirá el vencimiento de otros 96 fondos más garantizados de renta fija, por un valor 5.761 millones de euros. Y si exceptuamos el mes de abril, que con Foncaixa Bienvenida sería el mes con mayor número de vencimientos, será en febrero y mayo cuando llegue a su fin el mayor porcentaje de patrimonio de esta clase de fondos, con 1.787 millones y 1.369 millones respectivamente.
Un consejo que ofrecen en Profim para los partícipes de fondos garantizados de renta fija es comprobar un año antes del vencimiento de la garantía si su producto se encuentra ya por encima de la rentabilidad mínima garantizada y, si es as, que se planteen deshacer la inversión. “Una vez superada la TAE garantizada, el rendimiento que puede proporcionar será cada vez menor e incluso puede llegarse al caso de perder parte de la ganado hasta ese momento por culpa de las comisiones aplicadas”, apunta Mar Barrero.
Saénz de Cenzano advierte sobre el riesgo de traspasar el dinero a un fondo con objetivo de rentabilidad, algo que suelen hacer numerosas gestoras cuando se cumple la garantía del fondo de renta fija. “Los inversores lo perciben como un producto de muy bajo riesgo cuando no necesariamente es así, y hemos visto fondos de rentabilidad objetivo con fuertes caídas. Además, con los tipos de interés tan bajos actualmente, debemos esperar que las rentabilidades ofrecidas sean menores que en el pasado”.
Desde esta perspectiva, ¿tiene sentido seguir comercializando los fondos garantizados por partes de las gestoras españolas? Barrero asegura que “el inversor español es muy conservador. Le gustaría ganar mucho pero sin perder un céntimo. De ahí que siga apostando por productos muy poco atractivos en cuanto a rentabilidad y comisiones de reembolso pero que le garantizan la recuperación de su inversión”.
Desde Inverco, la asociación profesional del sector en España, creen que la comercialización de los fondos garantizados dependerá de los tipos de interés y la volatilidad de los mercados. Aunque reconocen que ahora solamente pueden ofrecer un valor añadido muy reducido, con TAE por debajo del 1%, pueden seguir siendo útiles para aquellos ahorradores que buscan exclusivamente la preservación del capital. Pero no consideran que se pueda hablar del fin de este tipo de fondos porque cuando los tipos de interés comiencen a repuntar dentro de algunos años, podrían volver a ofrecer una TAE del 2%, volviendo a atraer a los ahorradores.
Antonio Banda, consejero delegado de la plataforma de asesoramiento financiero en fondos de inversión FeelCapital, se muestra más crítico con este tipo de productos. “Los fondos garantizados y los de rentabilidad objetivo tienen sus días contados. Es imposible que alguien siga comprando algo sin rentabilidad y que solamente ofrece beneficio a la entidad financiera que lo crea. Con los tipos como están, los costes del producto se comen la rentabilidad, pero como vencían miles de millones de euros preferían renovar la garantía a aconsejar otro producto bancario”.