Holger Fahrinkrug, director económico de Meriten, señala que “2014 es muy pronto para esperar que España crezca más que Alemania. Para el resto de este año y para el 2015, esperamos que la diferencia entre los países europeos se estreche, con un crecimiento potencial del sur de Europa en 2015. Los ratings de progresión de Alemania, España e Italia difieren de los del fútbol. El ganador actual en economía es Alemania, mientras que en el torneo de fútbol no está tan claro”.
Fahrinkrug observa que “España podría salir reforzada de su actual situación económica y encontrar buenas oportunidades en los próximos dos años. Para ello es necesario que aumente la confianza en la normalización del sector empresarial y el consumo privado, además de que gradualmente mejoren las condiciones de financiación. Por otro lado, en Italia el progreso es menos notable ya que el PIB se estancó en los dos últimos trimestres. Sin embargo, hay algunas mejoras visibles en los indicadores cíclicos, como el Purchasing Management Index (PMI), donde han mejorado de forma notable sus niveles, aún bajos, en los últimos dos años”.
Mirando hacia delante, Fahrinkrug añade que “reducir las diferencias entre España e Italia por un lado, y Alemania por otro, llevará tiempo. Alemania, el campeón Europeo de la reestructuración al final de los noventa, ha comenzado a cosechar los frutos de su superioridad competitiva al demostrar un crecimiento salarial y de las pensiones al igual que el salario mínimo. Estas políticas debilitarán el crecimiento de Alemania en el medio – largo plazo, permitiendo a otros países posicionarse en cabeza”.
Fahrinkrug señala que “España e Italia se enfrentan a niveles record de desempleo y de niveles de deuda mientras Alemania está cerca del pleno empleo y las finanzas públicas, además del saldo exterior, están en superávit”.
Tradicionalmente, Brasil ha sido siempre favorito para ganar el Mundial pero su futuro económico es sin duda más incierto. “La inflación es alta y frente a las elecciones del próximo mes de octubre, una gran parte del electorado se siente desatendido e ignorado” comenta Rogerio Poppe, gestor de carteras en ARX Investimentos. “La política social ha sino uno de los aspectos prioritarios durante el mandato de la presidenta Dilma Rousseff. Ha puesto en marcha programas como los de la Bolsa de Familia, una plataforma social que hereda de su predecesor, Luis Ignacio Lula da Silva. A través de ella se presta ayuda económica a familias pobres en Brasil. Mientras que el éxito de este programa es patente (alrededor de once millones de familias brasileñas se han beneficiado de él) ha cosechado muchas críticas. El programa ayuda a un cuarto de la población mientras que a una amplia mayoría le preocupa la inflación y el aumento del coste de vida en las principales ciudades del país”.
“Nos encontramos también con otro país de Latinoamérica, Argentina. Este no es solamente el segundo favorito para ganar el Mundial, sino que además parece estar avanzando en la dirección correcta en lo que se refiere a las políticas de ajustes y, a pesar de la desaceleración del crecimiento durante este año, está dando pasos que gustan a los mercados de cara a las elecciones del año que viene. Si la Corte Suprema en Estados Unidos votara a favor de Argentina en las negociaciones actuales, favorecería el retorno de la economía argentina a los mercados de capital voluntarios y podría comenzar su camino hacia el crecimiento sostenible” explica Javier Murcio, gestor de mercados emergentes en Standish.
Sin embargo, es muy probable que la Corte Suprema americana solicite más evidencias a la fiscalía general del estado norteamericano, lo que podría ralentizar el proceso por lo menos un año más. En caso de decida continuar hacia adelante ahora, las oportunidades de quiebra técnica se intensifican y, posiblemente, se levantaría la posición actual del tribunal de apelación.
En lo que se refiere al programa de ajustes que está marcha, el gobierno argentino ha reconocido que es necesario realizar ciertos cambios para estabilizar las reservas y contribuir a relajar la entrada de capital global en los mercados locales. Hasta ahora los cambios principales se han centrado en política monetaria (devaluación, subida de los tipos de interés, reducción, por parte de la banca, de las posiciones a largo en dólares, cambios en pagos de tarjetas de crédito para turistas en el extranjero) y estas iniciativas han ayudado a estabilizar las reservas.
“Mostrar un índice de inflación más definido y nuevos datos de PIB ayuda, pero lo que hace falta es un ajuste en el ámbito fiscal, ya que un 2-3% del PIB se libraría del gasto primario con un ajuste en la energía subsidiaria – un movimiento político que apenas causa ningún daño – y que reduciría la necesidad de financiación del banco central” concluye Murcio.