Aunque parezca que a la hora de hablar de dinero todas las decisiones son racionales, hasta los propios inversores reconocen que no es así, sino que se dejan llevar más por su olfato que por elementos objetivos o recomendaciones de asesores financieros.
Según un estudio elaborado por Natixis Global Asset Management, tres de cada cuatro inversores reconocen que el instinto es su principal guía a la hora de tomar una decisión, un dato significativo si se considera que la misma proporción de inversores confiesa su incapacidad para proteger su patrimonio ante cualquier imprevisto que pueda ocurrir en los mercados.
El estudio de Natixis GAM se basa en una encuesta realizada entre enero y febrero a nivel mundial entre 7.000 inversores de 17 países, de los que 500 eran españoles, con un patrimonio neto mínimo de 200.000 dólares en activos invertidos. Y las respuestas son bastante similares independientemente de la geografía
Esta percepción de que las decisiones de inversión se basan más en el instinto que en el raciocinio sería incluso mayor porque casi seis de cada diez inversores aseguran que no se plantean ningún objetivo financiero a la hora de tomar una decisión sobre su dinero. Y peor aún: el 67% de los encuestados ni siquiera dispone de un plan de gestión patrimonial.
A pesar de que estos elevados porcentajes indican que los inversores actúan a ciegas, es elocuente que su principal preocupación sea la jubilación, como señala el 72% de los españoles encuestados, y se muestran especialmente sensibles con la idea de que no puedan ahorrar lo suficiente (50% de los participantes en el estudio).
Pero el instinto, una vez más, vuelve a hacerse presente cuando el 87% de los inversores españoles consideran que su estrategia de inversión les permitirá afrontar la jubilación con unos ingresos estables.