El reciente análisis realizado sobre la CNMV sobre ciertas malas prácticas en la comercialización de fondos de inversión a través de sus páginas web realizado por gestoras y comercializadoras ha despertado un debate que va más allá de internet. Desde un sector crítico de la industria de inversión siempre se ha cuestionado que la distribución de los fondos en España a través de las redes bancarias introduce algunos vicios que impide un desarrollo del sector, con más firmas independientes.
Pero la redacción de este análisis por parte del regulador, sin mencionar casos concretos y sin señalar cuáles son las firmas que realizan esas malas prácticas, no ha convencido plenamente a firmas del prestigio de Morningstar, uno de los mayores proveedores internacionales de información y análisis sobre fondos de inversión. “Mandar un mensaje así puede ser percibido de forma equivocada. No todas las firmas realizan esas malas prácticas, y generalizando no se ayuda al inversor ni a la industria de fondos. Sería una buena medida decir abiertamente las firmas que incumplen las normas, para no penalizar a todas por igual y para prevenir que siga ocurriendo en el futuro”, afirma Javier Sáenz de Cenzano, director de análisis de Morningstar Iberia e Italia.
“Sería una buena medida decir abiertamente las firmas que incumplen las normas, para no penalizar a todas por igual y para prevenir que siga ocurriendo en el futuro”, afirma Javier Sáenz de Cenzano, director de análisis de Morningstar Iberia e Italia
Para Sáenz de Cenzano, todos los puntos que menciona el comunicado de CNMV hacen referencia a las rentabilidades de los fondos y a la forma en la que estas se presentan, pero “hay otros muchos aspectos que nos parecen mejorables”. “En términos de rentabilidad, observamos que a veces no se miden frente a un índice en la información que ven los partícipes, o no se selecciona el índice apropiado que representa esa estrategia de inversión, o se coge un índice que no incluye dividendos. También sería interesante incluir medidas de riesgo más ‘entendibles’ por parte del inversor, por ejemplo en términos de riesgo, entre otros la caída máxima histórica nos parece interesante para que el inversor evalúe si estaría financiera y psicológicamente preparado para una caída de ese calibre y por tanto sepa qué tipo de producto le conviene y cuál no”.
El director de análisis de Morningstar Iberia señala otros aspectos que las gestoras podrían mejorar en transparencia e información. “Nos parece inadmisible que algunas firmas sean totalmente opacas sobre quién o quiénes son los gestores de cada fondo. En términos de cartera de inversión, también en algunas echamos de menos información clara y entendible para los inversores. La mayoría de inversores no sabe qué conclusiones sacar mirando las carteras completas que aparecen en los informes trimestrales, asumiendo que sepan que existe esa informaición y dónde encontrarla”.
Comisiones de los fondos
Respecto a las comisiones que aplican los fondos, Sáenz de Cenzano también considera que hay muchos temas sin abordar. “Se podría hacer una mejor comunicación sobre las comisiones totales de un fondo en la información habitual a la que acceden los inversores, por ejemplo en las fichas comerciales, que no siempre es el caso, así como informar sobre los costes de transacción en los que incurre dicho fondo a lo largo del tiempo, cosa que nunca hemos visto. En algunas jurisdicciones se obliga a las gestoras a hacer una simulación sobre la cantidad de dinero (en unidades monetarias) que pagarán los partícipes en ese fondo en términos de comisiones”.
“En general hemos observado a lo largo de los años que las firmas gestoras que ‘maltratan’ a los inversores en términos de transparencia y comunicación también ‘maltratan’ a los inversores en otros temas como calidad de producto, calidad de los equipos de gestión, alineación de intereses con los partícipes, comisiones, etc. Nuestra recomendación es que, dada la extensa gama de producto a la venta en nuestro país, los inversores eviten aquellos en los que la información no es del todo transparente. ¿Por qué correr el riesgo?”, concluye Sáenz de Cenzano.