En 2016 España cumplió por primera vez en la crisis el objetivo de estabilidad. El déficit acabó en el 4,3% del PIB, por debajo del 4,6% pactado. Eso sí, se cumplió porque Bruselas concedió una nueva tregua a España y porque Hacienda metió un hachazo fiscal a las empresas de más de 14.000 millones. Y las comunidades redujeron su desfase a la mitad gracias a la liquidación del sistema de financiación del año 2014, que aportó unos ingresos extra de 7.500 millones.
Sin todos esos elementos, España no habría cumplido. Y todo apunta a eso es lo que sucederá en 2017, sobre todo porque el objetivo es tremendamente ambicioso. Habría que reducir el déficit en más de 12.000 millones y los Presupuestos no contemplan nuevos ajustes ni un escenario macroeconómico mejor que el de 2016. Por eso, algunos organismos económicos como la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), ya dudan de la capacidad de llegar al 3,1%.
En la última publicación de 'Cuadernos de Información Económica', Funcas sostiene que ni la Seguridad Social ni las comunidades autónomas reducirán su déficit en 2017. Y considera probable que las entidades locales registren un superávit menor al de 2016. Eso deja todo el esfuerzo en manos del Estado, algo difícil teniendo en cuenta los Presupuestos que presentó el martes el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
Según Funcas, solo sería posible hacer un ajuste como el que reclama Bruselas poniendo en marcha nuevas medidas y dejando del lado el "piloto automático" que ha estado dirigiendo la nave en los últimos meses. Pero parece poco probable que esto ocurra, al menos de momento. En las nuevas cuentas, el Gobierno no ha planteado ni grandes recortes de gasto ni aumentos fiscales, a pesar de las presiones de todos los organismos internacionales para que subiera el IVA.
CC.AA. y Seguridad Social
Tal y como recuerda la fundación, desde el estallido de la crisis económica, el incumplimiento de las comunidades autónomas ha sido la tónica dominante. Lo cierto es que en 2016 tampoco han cumplido, aunque sí se han acercado muchísimo al objetivo. Eso sí, gracias a los ingresos del sistema de financiación y no a sus méritos propios. Y en 2017 parece poco probable que puedan seguir reduciéndolo.
La Seguridad Social, por su parte, ha sido "un vector claramente desequilibrante" para las cuentas en 2016. De hecho, se ha anotado el mayor déficit de su historia. Y es que, según explica Funcas, los ingresos no están respondiendo como se esperaba a la recuperación del empleo debido, en parte, a las bonificaciones a la contratación y a la devaluación salarial que afecta, sobre todo, a los nuevos trabajadores.
A su parecer, en estos momentos este subsector supone el mayor reto para la consolidación fiscal. De hecho, casi todos los analistas dan por hecho que la Seguridad Social cerrará 2017 con el mismo déficit, a no ser que se tomen medidas adicionales. Lo cierto es que el Pacto de Toledo va a presentar sus recomendaciones para la futura reforma en junio, pero aún no se han dado pasos firmes para cerrar este agujero.
El Estado tendría que reducir su déficit a la mitad para que las AA.PP. cumplieran en 2017
Y solo queda la administración central, que recortó su déficit de manera sustancial en 2014 y 2015, pero el descenso se ha estancado en 2016. Además, si el Gobierno no hubiera retocado Sociedades como lo hizo, el déficit habría aumentado. Teniendo en cuenta la situación global, el Estado tendría que reducir su desfase a la mitad para poder cumplir con Bruselas en 2017. Y sin medidas adicionales parece poco probable.
Es cierto que el Gobierno espera una recaudación récord a lo largo del año, pero también es cierto que no sería la primera vez que el Ejecutivo infla la previsión de ingresos. De hecho, el presidente de la Autoridad Fiscal, José Luis Escrivá, hizo pública esta crítica el miércoles en el Congreso de los Diputados. Así que Mariano Rajoy puede aprovechar para sacar pecho durante estos meses, porque todo apunta a que será muy difícil volver a cumplir con Bruselas.