El Gobierno no tiene una fecha concreta para hacer pública la lista de las empresas dedicadas a tender infraestructura de red 5G con las que no podrán trabajar los operadores de telecomunicaciones españolas. Así lo han comunicado a Vozpópuli fuentes cercanas al Ejecutivo. Una lista de la que está pendiente especialmente la compañía china Huawei, dedicada a tender redes 5G para operadores de medio mundo, también en España.
El veto que Donald Trump impuso a la empresa, con sede en Shenzhen, fue el inicio de la caída de la primera ficha de un dominó que aún sigue sin ver el final. Tras la ley de ciberseguridad aprobada en marzo de este año el Ejecutivo se dio un plazo de tres meses para separar los proveedores de 5G que en su opinión suponen un riesgo para el país de los que son confiables.
Están en juego inversiones por un valor de 6.000 millones de euros. Las chinas Huawei y ZTE miran de cerca lo que sucede en torno a la decisión de quiénes serán finalmente proveedores de alto riesgo y quiénes no
Huawei espera ansiosa la publicación de esa lista, porque en gran medida será la que aumente su negocio o, por el contrario, recorte los ingresos por despliegue de redes de telecomunicaciones.
Los operadores invertirán un total de 6.000 millones de euros para el tendido de infraestructuras de la que se convertirá en la red de telecomunicaciones inalámbrica más rápida de la historia. Los datos han sido publicados por la empresa torrera Vantage Towers.
Como casi todo lo que sucede a escala Global, la guerra de Ucrania y la inflación están ralentizando cualquier proyecto gubernamental. Las prioridades son ahora tratar de frenar la escalada de precios del gas, los alimentos y el combustible
No solo Huawei espera con ansias la decisión del Ejecutivo de Pedro Sánchez, que de momento como decíamos al principio de esta pieza declina dar una fecha concreta. La otra compañía china de referencia -si bien de tamaño mucho menor que Huawei- en el ámbito de las redes, ZTE, también observa de cerca lo que pueda pasar, quizá con más temor que Huawei. Esta última ha demostrado que puede soportar vetos. Lleva demostrándolo desde hace casi dos años.
El volumen de negocio que genera tanto en redes como en venta de teléfonos móviles es un músculo financiero que soporta las pérdidas que desde el 13 de agosto de 2020 viene teniendo, momento en el que entro en vigor el veto norteamericano a su tecnología de red. También se impidió a sus equipos desde esa fecha integrar los servicios de Google en sus móviles.
Sus ventas de celulares se han desplomado en Europa, también en España, donde pasaron de tener una cuota de mercado aproximadamente del 25% a bajar hasta menos del 1%. Sucedió en el momento más dulce de Huawei y con una penetración entre los usuarios muy significativa.
Mala coyuntura para el 5G y el Gobierno
Como casi todo lo que sucede a escala Global, la guerra de Ucrania y la inflación están ralentizando cualquier proyecto gubernamental. Las prioridades son ahora tratar de frenar la escalada de precios del gas, los alimentos y los combustibles.
Se puede decir que el 5G, a tenor de lo que se sabe, tendrá que esperar. Los operadores se encuentran relativamente cómodos con la situación. Asfixiados en ingresos -apenas crecen, de hecho algunos decrecen en facturación-, todo lo que sea ahorrar en una tesitura tan complicada como la actual es una buena noticia.
Las inversiones se tendrán que hacer tarde o temprano, eso sí, pero algunos de estas telecos confían en alargar el desembolso para cuando sus maltrechas cuentas vuelvan, en la medida de lo posible, a la senda positiva.