El Gobierno decidió a última hora presentar una propuesta formal de acuerdo entre patronal y sindicatos para tratar de desbloquear la reforma de la estiba que generó algunas sorpresas en la parte empresarial. El documento que el Ejecutivo puso encima de la mesa, y que fue rechazado por los sindicatos, coincide básicamente con el que, hace apenas mes y medio, se negó a firmar la patronal, precisamente a instancias del Ministerio de Fomento, que lo consideraba inaceptable.
El documento de protesta, que ilustra la información, incluye el controvertido asunto de la subrogación de trabajadores por parte de las empresas, una vez haya entrado en vigor el Real Decreto Ley, que prevé la desaparición en tres años de las Sagep, a las que actualmente pertenecen los estibadores. Eso sí, añade el factor de las ayudas de carácter económico, con las que el Ejecutivo ha querido reforzar su plan para obtener el apoyo necesario en el Parlamento y sacar adelante el Decreto, lo que no ha podido ser.
A comienzos del pasado mes de febrero, las alarmas saltaron en el Ministerio de Fomento. Para unos días más adelante estaba prevista una asamblea de Anesco, la patronal de la estiba, para aprobar la firma de un acuerdo con los sindicatos que preveía, entre otras medidas, la obligación para las compañías de subrogarse los trabajadores.
Por entonces, el Gobierno instó a las empresas a suspender la asamblea y no firmar el acuerdo, ya que tenía ultimado el texto del Real Decreto Ley para reformar el sistema, una vez recibidas las definitivas respuestas a las consultas elevadas a la Comisión Europea.
Bajo coacciones y amenazas
Además de considerar que el texto iba en contra del espíritu liberalizador de la reforma, impuesta por la sentencia condenatoria al Reino de España del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en diciembre de 2014, el Gobierno tomó constancia de que la mayoría de las empresas, especialmente las más pequeñas, actuaban bajo un clima de coacción y amenazas por parte de los representantes de los trabajadores.
Las compañías siguieron la línea marcada por el Gobierno, no hubo acuerdo con los sindicatos y diez días después el consejo de ministros aprobó el Real Decreto Ley para que en el plazo de un mes fuera convalidada por el Parlamento.
Sin embargo, los acontecimientos se han precipitado de tal manera en las últimas semanas que la situación se ha dado la vuelta por completo. Ahora es el propio Gobierno el que propone el documento que rechazaba anteriormente con rotundidad. Y con el añadido de una oferta económica que probablemente deberá elevar para lograr convencer a los sindicatos.
Por su parte, estos dan por conquistado el objetivo de la subrogación, hasta el punto de que el foco se centra ahora en lograr una contraprestación económica cuanto más alta mejor.
Acuerdo para el mantenimiento del empleo en el sector de la estiba by Vozpopuli on Scribd