El Gobierno ha decidido no recurrir a las grandes empresas del país, como BBVA, para gestionar de forma más eficiente y sin fallos sus compras de material sanitario a China, algo que podría haber evitado la compra masiva de test defectuosos. Esta compañía es una de las que decidió tomar la iniciativa cuando apenas había muertos en el país y comprar por su cuenta material sanitario para luego donarlo a la sanidad española.
18 de marzo. España tenía la fortuna de que sólo 13.716 personas estaban contagiadas por coronavirus y el número de fallecidos era de 598, una cifra que poco después se superaría en un sólo día. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, avisaba ese mismo miércoles en el Congreso de que lo peor estaba por llegar. Mientras, empresas como BBVA ya estaban comprando material sanitario a China.
"En otros desastres humanitarios, lo que solíamos hacer es determinar una cantidad (para donar) y distribuirla. Generalmente es a un país afectado y ese país distribuye la cantidad a las entidades que lo necesitan. Pero en este caso nos encontrábamos ante una crisis completamente distinta: había que actuar muy rápido y era una crisis mundial, así que a la vista de lo que estaba pasando en China decidimos actuar de otra manera", relata Lidia del Pozo, directora de programas de inversión en la comunidad de BBVA, en una entrevista telefónica con Vozpópuli.
Pensamos en otra solución porque la gente se estaba muriendo porque no se cumplían determinadas condiciones sanitarias"
Este pensamiento es lo que les llevó a contactar con el Gobierno para preguntar qué material hacía falta en España. "Nosotros podíamos aportar capacidad técnica y recursos humanos para identificar proveedores en China, contratar lo que necesitábamos y pagarles muy rápido".
La entidad, como ocurre en las grandes empresas del Ibex 35, tiene una división de compras acostumbrada a tramitar compras en el extranjero, incluso en países tan herméticos como China a los que no es fácil comprar.
"Los gobiernos tienen unos protocolos de compra que son mucho más lentos. El Gobierno de España se encontraba en esta situación, mientras nosotros podíamos comprar rápidamente (...) En un primer momento pensamos en donar, pero luego nos dimos cuenta de que era mejor comprarlo nosotros y donar el equipamiento. Pensamos que iba a ser más rápido", explica.
Compraron antes de que el precio se triplicara
Gracias al equipo que la entidad tiene en China (28 empleados en Shanghái y 85 en Hong Kong), contactaron con un proveedor de respiradores que les facilitó todos los certificados que aseguraban que podía exportar a España y la Unión Europea, así como los propios pliegos del respirador.
Los respiradores valían entonces un tercio de lo que cuestan ahora, porque la demanda mundial se ha disparado. "Ya no quedan proveedores con stock de material, tienen que fabricarlo".
"El día 18 de marzo fue cuando el Comité de Crisis del banco decidió que teníamos que comprar equipamiento médico y buscamos al proveedor. Teniendo en cuenta la diferencia horaria con China, cuando decidimos que comprábamos eran las 10 de la noche allí. Tardamos un día y medio: el viernes 20 por la mañana nos confirmaron que teníamos un proveedor y antes de medianoche ya habíamos hecho el pago", explica.
Quien lo gestionó fue Jennifer Cao, directora de Estrategia y Nuevos Modelos de Negocio de BBVA en Asia, que preside además la Cámara de Comercio Española en Hong Kong. El equipo de compras de España cerró la compra de una primera partida de 1.000 respiradores que tuvieron pagar por adelantado en un 100%. Tres millones de euros.
"El lunes siguiente, los precios subieron un 30% y los equipos empezaron a escasear. Casi inmediatamente después de nuestra compra, el mercado entró en un periodo muy difícil, extremadamente agresivo. Estados Unidos había roto el mercado, triplicando precios, y aquellos se convirtió en una subasta donde los fabricantes empezaban a tener problemas para entregar incluso los equipos ya comprometidos", explican.
Mientras, el Gobierno compraba test defectuosos
A esos 1.000 respiradores no invasivos (para fuera de la UCI), se sumó la compra de otros 1.000 ese lunes al mismo precio que el viernes, así como 13 respiradores invasivos para UCI.
El 28 de marzo (los muertos se habían multiplicado por diez, hasta los 5.690, y los contagiados ascendían a 72.248) llegó una primera tanda de 260 respiradores, y tres días después, BBVA recibió en el avión puesto a disposición por Inditex los otros 740 respiradores no invasivos, los 13 para UCI y 700 máscaras extra.
Esa misma semana se conocía que el Gobierno había pagado millones por lotes masivos de tests defectuosos vendidos por una empresa sin licencia.
Cuando BBVA recibió el pedido almacenó todo el material hasta que el Ministerio de Sanidad le dio instrucciones de cómo repartirlo por las comunidades autónomas.
Desde que se cerró la compra, el 20 de marzo, hasta que llegaron los respiradores a suelo español, el equipo de médicos del Hospital Gregorio Marañón tuvo tiempo de estudiar los pliegos de los respiradores que iban a recibir -facilitados por BBVA- y de elaborar un informe sobre funcionamiento que luego compartieron con el resto de hospitales del país.
El Gobierno no ha utilizado a las empresas
A pesar del éxito de la compra y de que BBVA se adelantó para satisfacer las necesidades del sistema sanitario español, el Gobierno no ha querido volver a recurrir al banco para comprar más material, ni siquiera para buscar test de diagnóstico en el país. "Creo que no nos han pedido nada. Si nos lo hubieran pedido lo sabría", admite Del Pozo.
La directora explica que ellos tampoco se han ofrecido a comprar tests en este momento porque ahora el mercado es más difícil que al principio de la crisis. "Hay escasez de tests, los están comprando todo el mundo en China. Son miles de millones de personas las que hay que testar y no da la capacidad productiva para satisfacer la demanda de todos esos países", explica, por lo que el banco prefiere ser "prudente" ahora.
Todavía tienen que recibir 800 respiradores invasivos más que están en producción y que piensan que pueden seguir reforzando el equipamiento hospitalario a pesar de que el ritmo de contagio se está reduciendo y las UCI ya no están congestionadas. "Se espera que haya un rebrote en otoño, se trata de que los hospitales ya estén equipados entonces", explica.
Además de comprar material sanitario para España, la entidad también ha hecho compras para otros países como México, que ha recibido este jueves 1.000 respiradores a su nombre.