El Gobierno griego ha endurecido su propuesta de pensiones e impuestos con tal de aproximar posiciones con sus acreedores europeos. Empecemos por las pensiones: en su primera propuesta del domingo, el Ejecutivo heleno defendía acabar con las prejubilaciones a partir de enero de 2016 y recortar determinados complementos a las prestaciones más altas. Sin embargo, en el último documento planteado el lunes por la mañana se incluye también adelantar progresivamente la edad de jubilación a los 67 años en 2025, recortar gradualmente los subsidios a las pensiones a partir de 2018 e incrementar las cotizaciones y las contribuciones al sistema de Salud.
Incluso así, la propuesta se ha quedado ligeramente corta respecto a lo que le pedían las instituciones, unos 2.000 millones de recorte anual en las pensiones, el 1 por ciento del PIB. Según trascendió horas después del Eurogrupo, el impacto de este paquete de pensiones se elevaría al 0,4 por ciento del PIB durante 2015, unas cifras ligeramente por debajo de lo exigido. En cambio, ascendería ligeramente por encima del 1 por ciento en los años siguientes conforme se alarga la edad de jubilación y se recorta poco a poco el subsidio a las pensiones.
Según apuntan algunas fuentes, el problema reside en que esa iniciativa no ataja las elevadas prestaciones que según Bruselas reciben los griegos. Además, algunos técnicos plantean dudas sobre la capacidad de recaudar por cotizaciones lo prometido para cuadrar las cuentas. De hecho, el FMI se ha mostrado bastante rocoso en las conversaciones sobre esta materia. La propia directora gerente del Fondo no ha comparecido en la rueda de prensa posterior al Eurogrupo, una señal inconfundible de que las tensiones existentes con el FMI. Y no es de extrañar, porque la institución sita en Washington ha de responder luego ante su consejo de países miembros, los cuales no querrían prestar más cantidades a menos que haya una solución económicamente realista.
No obstante, con la salvedad del FMI el ambiente que se respira en Bruselas se antoja mucho más esperanzador. "Han entrado nuevas propuestas del Gobierno griego esta mañana. Se ha dado un paso positivo, pero ha habido poco tiempo para analizar el detalle. (...) Trabajaremos muy duro durante los próximos dos días para alcanzar un acuerdo hacia el final de la semana", declaró el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. En varias ocasiones, el holandés subrayó en un tono más optimista que las medidas presentadas eran lo suficientemente sólidas como para que merezca la pena reiniciar el diálogo.
En cuanto al ajuste presupuestario, la diferencia entre las posiciones de los acreedores y de Grecia antes de las reuniones de este lunes se estimaba en unos 2.000 millones de euros anuales. Sin embargo, a juicio de los griegos eso implicaba subir el IVA de la electricidad, otra línea roja para Syriza. En la última propuesta, el Ejecutivo heleno ha aceptado subir el IVA de la electricidad al 13 por ciento pero no al 23. Eleva al 13 por ciento el IVA a los hoteles y algunos productos alimentarios, al tiempo que se conserva un tipo del 6,5 por ciento para algunas excepciones como los medicamentos y los libros. Y además elimina en Mikonos y Santorini las deducciones al IVA que disfrutan las islas.
Entre otras medidas, también se baraja un impuesto extraordinario sobre el beneficio de las grandes empresas del 12 por ciento. El tipo de Sociedades se sube del 26 al 29 por ciento. Se establece un impuesto al lujo y otro a las televisiones. Por último, el Gobierno griego recorta el gasto en defensa, una de las partidas que en comparación con sus pares europeos permanece más alta.
Los líderes se reúnen para ser informados
Pese a los ostensibles avances en las negociaciones, la reunión de los ministros de Finanzas del Eurogrupo se ha saldado sin acuerdo sobre la extensión del rescate a Grecia. Tanto Merkel como Hollande habían supeditado cualquier acuerdo político al visto bueno de los técnicos de la Troika, incluyendo a un FMI que insistía en que las medidas fuesen creíbles. Sin embargo, éstos apenas han contado con tiempo para hacer números y calcular el impacto de la nueva propuesta adelantada por el Gobierno griego este mismo lunes por la mañana. Así que esta semana hará falta un nuevo encuentro del Eurogrupo que tendrá lugar antes del Consejo Europeo del 25 de junio.
"Las propuestas son un paso bienvenido, pero se necesita más trabajo junto con las instituciones. El Eurogrupo se volverá a reunir esta semana. Necesitamos un acuerdo en los próximos días", señaló el vicepresidente de la Comisión Europea para el Euro y el Diálogo Social, Vladis Dombrovskis.
De modo que el FMI, la Comisión Europea y el BCE tendrán que trabajar contrarreloj en los próximos dos días para alcanzar una evaluación definitiva sobre la que puedan discutir los ministros de Finanzas de la zona euro. A continuación, el principio de acuerdo se remitiría al Consejo Europeo de jefes de Estado y de Gobierno del jueves.
La reunión de esta tarde de los líderes de la zona euro tan sólo servirá, por tanto, para informar de cuáles son los avances conseguidos. La cumbre da comienzo a las 19 horas y no se espera que ahí se consensúe solución alguna. Aun así, la bolsa ha acogido las noticias con alzas al comprobar que se ha producido un acercamiento evidente de las posturas. La bolsa helena subía de inmediato un 6 por ciento y la cotización de la banca griega se disparaba un increíble 17 por ciento.
Por el momento, ante el miedo a un inminente corralito en Grecia, el Banco Central Europeo ha dado hoy mismo un nuevo respiro a la banca griega al aprobar la tercera inyección de liquidez en una sola semana. Pese a las limitaciones de 3.000 euros en las retiradas de depósitos, sólo a través de los cajeros automáticos este fin de semana habrían salido unos 400 millones de euros de las entidades griegas. Con esta última ayuda, el BCE ha prestado a las entidades helenas unos 6.000 millones de euros en menos de siete días.