Hacienda ha enviado un mensaje claro a los sindicatos y grupos políticos: la aplicación de la renta mínima en España supondría la quiebra de la hacienda pública y obligaría a subir un 20% los impuestos. El Gobierno pretende así frenar la proposición de ley de renta mínima impulsada por CC.OO. y UGT que se está tramitando en el Congreso.
De hecho, ha asegurado que para poder poner en marcha una iniciativa así habría que hacer una subida de impuestos inasumible en estos momentos. Por ejemplo, habría que elevar un 20% el IRPF, llevar el IVA al 27%, seis puntos por encima de su nivel actual, o aumentar en tres puntos todos los tipos de IVA, lo que afectaría también a los productos de primera necesidad.
Según sus palabras, en lugar de ayudar a los ciudadanos se estarían creando las condiciones necesarias para que millones de españoles estuvieran en riesgo de exclusión. "Se revertiría todo lo ganado", ha asegurado el secretario de Estado, que también cree que el sistema de pensiones estaría en peligro.
Además, la aplicación de una medida de este tipo en España tendría también efectos desicentivadores en el mercado laboral y podría generar un "efecto llamada" para otros ciudadanos en riesgo de inclusión de la UE, lo que haría que su coste, que la Autoridad Fiscal cifró en unos 15.000 millones, se multiplicara.