Francia es un muro energético para España y Portugal. Una posición que convierte a la Península Ibérica en una isla con escasas conexiones de luz y gas con sus vecinos del norte. Españoles y portugueses buscan ahora esquivar ese muro para llevar su deseado hidrógeno ‘verde’ a los hornos de la gran industria alemana a través de una ambiciosa red de hidroductos. De momento, Francia está por la labor. Pero los ‘ibéricos’ no descartan un cambio de opinión y se entregan a las necesidades alemanas para, por fin, poder conectar su energía con el centro de Europa.
El plan se llama 'H2Med' y está pensado para que una molécula de hidrógeno que se produce con energía renovable en Portugal pueda llegar por tubería hasta las fábricas alemanas. Para ello, se necesitan 1.900 kilómetros de infraestructura adicional. Una conexión de 248 kilómetros para conectar Portugal con la red española a través de Zamora y 455 kilómetros de hidroducto para enlazar Barcelona con Marsella, los dos proyectos que componen el H2Med, después se espera que se añadan 1.200 kilómetros de tubería desde Marsella hasta la frontera con Alemania en Obergailbach y conectarse con el ‘proyecto Hércules’ alemán para regar de hidrógeno sus fábricas.
La parte más controvertida de esta red es la conexión Barcelona y Marsella, el ‘BarMar’. “El sueño de Pedro Sánchez de 2.500 millones”, puntualizan desde el sector a Vozpópuli. El presidente del Gobierno español sintió la necesidad de llevar la energía al centro de Europa el pasado verano después de que su homólogo alemán, Olaf Scholz, ante la falta de gas ruso, lanzara un 'SOS' a sus socios europeos para no cerrar su industria.
La alternativa era el denostado ‘Midcat’, el gasoducto que pretendía atravesar los Pirineos para conectar con la red francesa. Un proyecto que no quería ni Francia, para seguir manteniendo ‘el muro’, ni España, porque invertir en algo que llevase gas no cuadraba con sus planes.
Sin ‘Midcat’, España se limitó a desviar barcos metaneros desde su red de regasificadoras a puertos como Livorno (Italia) que se conectasen con Alemania. Una solución temporal porque ni se quiere, ni se quiso, un Midcat que hubiera convertido a la Península Ibérica en un ‘hub’ gasístico para Europa. La idea de España y Portugal es serlo con el hidrógeno en 2030.
Dos bandos
Por ello, el H2Med es la unión de cinco gestores de infraestructuras de cuatro países que se dividen en dos grupos. Enagás (España) y REN (Portugal) es un ‘ahora o nunca’ porque si no Alemania y sus vecinos buscarán otros proveedores. Los franceses GRTgaz y Teréga, junto con el alemán OGE, lo consideran un proyecto interesante entre sus alternativas de hidrógeno. No es de extrañar que los grandes encuentros sobre este asunto se hayan celebrado en Alicante (España) y en la Embajada de España en Berlín (Alemania).
Estas ‘megaestructuras’ se esperan que se empiecen a construir en 2025 para que empiece a operar cinco años después. Hasta entonces, el proyecto afronta una multitud de trámites y negociaciones entre países para avanzar. Aquellos que conocen los primeros borradores insisten en que, a estas alturas, hay un abanico de alternativas.
El diseño del ‘BarMar’ genera diversos frentes conflictivos como su paso por aguas internacionales que, en términos de seguridad, no es una buena idea visto lo visto en infraestructuras como el Nordstream. También plantea una preocupación por el elevado coste y los problemas medioambientales por su recorrido por alta mar, cuando España y Francia se pueden conectar por vías más costeras.
Llevar el hidrógeno, sea como sea
No obstante, su diseño actual permite alternativas a un posible ‘boicot’ de Francia como adversario energético de esta carrera. La ‘vía Livorno’ permitiría a España y Portugal conseguir su objetivo sin su vecino del norte. La participación de Italia como país en este asunto es sigilosa. Pero, está presente. El máximo accionista del operador francés Teréga es Snam, que controla la pública italiana CDP Reti.
El 'plan c', si falla el H2Med o la 'vía italiana', sería potenciar el envío de toda la producción de hidrógeno por barco hasta puertos como Rotterdam. El equipo de Sánchez, y más si repite en Moncloa, buscará junto a su aliado portugués todas las vías para convertir este proyecto en realidad. Alemania es su gran aliado para que Francia facilite su intención de conseguir saltar el ‘muro’ energético.
garryowen
Es un proyecto sin sentido industrial ni económico . Una inversión brutal para transformar electricidad en hidrógeno , transportar el hidrógeno para luego en destino volver a transformarlo en electricidad . La lógica económica dice que transportes directamente la electricidad, pero con políticos por medio no hay lógica que valga . Es algo similar a la construcción de aeropuertos por todas partes que ahora están cerrados y demás fechorías económicas que tenemos que pagar todos