Iberdrola ha ganado un 12% más en los primeros seis meses del año y espera cumplir con sus objetivos marcados al principio del año pese al coronavirus. No obstante, la energética que preside Ignacio Sánchez Galán se ha visto obligado a aumentar sus provisiones por insolvencias hasta los 71 millones por el impacto que tiene esta crisis en su generación, redes y clientes.
El incremento deriva fundamentalmente del aumento de los saldos de las cuentas a cobrar respecto a los niveles normales. "Se ha solicitado a los reguladores, en Brasil (ANEEL), Reino Unido (Ofgem) y Estados Unidos, la inclusión de alguna medida mitigadora de la morosidad en la próxima revisión regulatoria", explican desde Iberdrola.
Sólo en España, Iberdrola reserva 10 millones de euros para afrontar la morosidad. Aunque su mayor partida de provisionamiento se concentra en Brasil, concretamente, en redes, su negocio que consiste en desplegar infraestructuras para trasladar la energía eléctrica desde los centros de producción al usuario final. La compañía de Sánchez Galán tiene 27 millones para poder afrontar los riesgos de impago de esta división en el territorio brasileño.
En este sentido, la propia compañía reconoce que todavía no es posible calcular cómo afectará esta crisis sanitaria a sus cuentas. "No es posible realizar una estimación precisa sobre los posibles impactos futuros del COVID-19 en los resultados de la compañía durante los próximos meses dada la incierta velocidad a la que se van a recuperar las economías de los países en los que opera, la duración de las medidas gubernamentales en vigor, así como las medidas adicionales que podrían tomarse en los próximos meses", afirma.
Iberdrola matiza que, a medio y largo plazo, y a nivel consolidado, el coronavirus "no debiera" tener un impacto relevante en las proyecciones económicas futuras de la compañía, una vez las economías de los países en los que se encuentra "hayan completado su recuperación" y "sus marcos regulatorios correspondientes hayan aplicado las medidas mitigadoras previstas".
157 millones de castigo
La otra estimación que ha revelado esta semana junto a sus cuentas son los 157 millones de euros que ha recortado en su resultado bruto de explotación (Ebitda). Un lastre que ha sido clave para que Iberdrola sufre una bajada en esta partida del 1,4% respecto al mismo ejercicio del año anterior.
Un retroceso marcado por la disminución de la demanda por el coronavirus. Iberdrola explica que algunos casos, como en Reino Unido y en Estados Unidos, la regulación permite recuperar esta caída de demanda en próximos ejercicios y, en otros, como en Brasil, llegará en la revisión extraordinaria.
Por otra parte, la caída de los precios de las materias primas, que han presionado a la baja los precios spot en los mercados mayoristas, efecto que se ha visto compensado, total o parcialmente, por las compras que han realizado los negocios de comercialización libre, así como por la existencia de contratos de venta a precio fijo (PPAs)
Otro de los lastres en su Ebitda ha sido el retraso temporal de las revisiones tarifarias de algunas de las distribuidoras en Estados Unidos y Brasil. Este escenario ha ido de la mano con menores ingresos por conexiones del negocio de distribución en España, y menores ingresos por ligeros retrasos en la puesta en marcha de algunos proyectos.