La cotización de Indra se puede volver a tambalear si los escándalos en su gobernanza no cesan. Las gestoras de fondo locales e internacionales tienen actualmente el valor en "revisión" y no les temblará el pulso para deshacer posiciones si la situación no se aclara, tal y como ha podido saber Vozpópuli por fuentes del sector.
"Al final todo el tema de gobernanza es muy relevante en el tema de criterios ESG y por lo tanto seguro que hay mucho inversor internacional y local que va a vender", señalan desde un fondo con exposición a Indra, que por otro lado agrega que "el negocio aparentemente no se está viendo afectado y es sólido".
A pesar de esto, el valor se tiene que poner bajo revisión por toda la parte de gobernanza hasta que haya más visibilidad. "Siempre que hay una salida de independientes, hay que estar atentos", expone. Y es que aunque pueda parecer que los problemas de gobernanza no afectan a la hora de invertir, es todo lo contrario.
Los criterios ambiental, social y corporativo (ESG por sus siglas en inglés) han cobrado mucha fuerza entre las gestoras, que se obligan a ponerlo como requisito para entrar en un valor y también para salir de él. De hecho, en grandes fondos como Norges Bank o BlackRock ya son criterios indispensables y éstos suelen ser muy duros con las compañías que no los cumplen.
Las fuentes consultadas señalan que Indra está en la diana por este motivo y que es muy probable que muchos fondos deshagan su posición por el daño reputacional que supone. La compañía dirigida por Ignacio Mataix ha perdido un 15% de su valor en Bolsa desde el pasado 23 de junio, cuando estalló toda la polémica.
En plena Junta General de Accionistas, el fondo de inversión Amber Capital (4,1% del capital) pidió, fuera de la orden del día, el cese de cuatro consejeros independientes de la empresa: Alberto Terol, Carmen Aquerreta, Ana de Pro y Enrique de Leyva.
Amber Capital, que afloró su participación en Indra por sorpresa en Indra, lo hizo con la esperanza de que sus títulos se pudieran revalorizar de forma considerable durante los próximos meses, dado que la escalada de tensión internacional serían beneficiosa para las empresas de defensas.
La iniciativa -sorpresiva- de este fondo de inversión fue apoyada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y por la compañía vasca Sapa Plalencia. Entre todos, suman el 34% del capital, si bien sus acciones no están sindicadas. Es decir, aparentemente votaron el cese de los consejeros de forma independiente, aunque en el mismo sentido.
Asalto a Indra
Da la casualidad de que estos vocales se opusieron a que el presidente que Moncloa situó al frente de Indra -Marc Murtra- tuviera poder ejecutivo. Es decir, entorpecieron el plan del Ejecutivo para incrementar su control sobre esta compañía cotizada, el cual tampoco era ningún secreto, dado que el Consejo de Ministros autorizó el pasado febrero a la SEPI para incrementara su participación hasta un máximo del 28%.
La normativa española contempla que si un accionista, de forma individual o concertada, tiene más de un 30% de una compañía cotizada o nombra a más de la mitad de los consejeros, eso se entiende como una toma de control y requiere del lanzamiento de una oferta pública de adquisición de acciones.