El cuerpo de Inspectores de Trabajo y Seguridad Social ya está visitando a empresas para comprobar si están cumpliendo con la obligación de registrar el horario de sus trabajadores, pero no han empezado por las compañías que tienen antecedentes de incumplimiento de la legislación laboral, sino que están llevando a cabo las inspecciones de forma aleatoria.
"No hay ninguna campaña que haya sido ordenada por la dirección de la Inspección ni acordada con las autoridades laborales de las Comunidades Autónomas. No se están realizando actuaciones por una campaña concreta, con parámetros, para seleccionar empresas que tengan antecedentes, empresas de cierto número de empleados o que pertenecen a sectores en concreto", reconoce Gabriel Álvarez del Egido, inspector de Trabajo y Seguridad Social.
Álvarez ha visitado ya alguna empresa y reconoce que en la mayoría de los casos las compañías "enseñan lo que están haciendo" o cómo están empezado a trabajar en el registro, y aprovechan para preguntarles dudas a los propios inspectores ante la elevada incertidumbre que existe sobre el asunto, con lo que al final los inspectores acaban ofreciendo "un asesoramiento técnico sobre la mejor manera de cumplir la norma".
El inspector reconoce que se ha producido un revuelo e insta a todas las empresas a que "hagan uso de su poder" y obliguen a sus empleados a rellenar los registros, dado que conoce que hay casos en los que los propios trabajadores se niegan a completarlos. "Deben ejercer el poder de dirección y obligarlos a rellenar el registro horario".
Cuando un inspector visita una empresa y ésta no tiene todos los registros completos, actualizados al día y firmados por sus empleados, "la inspección va a requerir que en un plazo determinado lo presente en la oficina que corresponda", con lo que la compañía tendrá margen de recopilar toda la información.
La polémica de las sanciones
En caso de incumplimiento del control horario, la Inspección de Trabajo podrá poner una multa a cada empresa por cada centro de trabajo en el que no se esté llevando a cabo este registro, una medida que fue aprobada por el Gobierno y que se sitúa a medio camino entre la voluntad de la patronal y la de los sindicatos.
CEOE y Cepyme se muestran reacios a la necesidad de que haya en España un registro horario obligatorio, ya que defienden que va en contra de la flexibilidad laboral, la tendencia hacia el teletrabajo y creen que rompe la relación de confianza que se había creado entre empresas y trabajadores y por la que cualquier empleado podía hacer las pausas que considerara siempre que fueran aceptadas y normalizadas por su compañía.
Los sindicatos, sin embargo, defienden la necesidad de que haya un registro para poder detectar todas las horas extraordinarias que se realizan en España y por las que las empresas no cotizan a la Seguridad Social y los trabajadores no reciben ninguna compensación -ni en forma de remuneración ni con vacaciones-, e incluso eran partidarios de que las sanciones fueran más duras.
"El Gobierno habría sido más garantista si hubiera considerado que se comete una infracción por cada trabajador afectado por el incumplimiento. No es lo mismo considerar una infracción por cada trabajador, habría una diferencia enorme. Creo que la norma debe ser desincentivadora de conductas incumplidoras y ahí se ha perdido una oportunidad", lamenta Mª Higinia Ruiz, abogada del servicio de Estudios de UGT.