Pedro Sánchez no ha dejado escapar la oportunidad que le brinda la presentación de los Presupuestos Generales del Estado del próximo año para reforzar su ambición. Las segundas cuentas anuales del Ejecutivo de coalición van a hacer historia. No sólo porque el gasto presupuestado vaya a ser el mayor de todos los tiempos, sino también porque los ingresos tributarios van a alcanzar cifras nunca antes conocidas.
Los Presupuestos Generales tienen la virtud de que nunca se cumplen y, además, no tiene consecuencias. A los ministerios de Hacienda siempre les queda la escapatoria de que los informes previos, sobre los que se basan las nuevas previsiones, sólo contienen datos de la primera mitad del año, muy parciales, que pueden dar una imagen algo distorsionada de cómo va realmente la actividad económica del país.
Los PGE 2022 no van a ser una excepción y el tiempo lo dirá. Como tampoco lo van a ser los de este año. Mucho tienen que cambiar las cosas en el último trimestre del año para que el Gobierno alcance los ingresos que se había propuesto hace justamente doce meses. Con los datos de la Agencia Tributaria de los ocho primeros meses del año parece difícil que la recaudación tributaria llegue a superar los 200.000 millones de euros en su conjunto, lejos de 214.995 millones que estaban presupuestados. Y es que el Gobierno previó un incremento de la recaudación del 10,8% entre un año y otro, lo que suponía ingresar en las arcas públicas 20.944 millones de euros más con una economía que no termina de alcanzar la velocidad de crucero.
Con los datos de la Agencia Tributaria de los ocho primeros meses del año parece difícil que la recaudación tributaria llegue a superar los 200.000 millones de euros en su conjunto, lejos de 214.995 millones que estaban presupuestados
Entre enero y agosto, los ingresos tributarios han ascendido a 141.867 millones de euros, incluidas tasas. Son un 14,6% más que en el mismo periodo de 2020, pero este incremento apenas tiene valor al compararse con un ejercicio en el que la actividad económica estuvo paralizada durante casi cuatro meses por la declaración del estado de alarma. Si se comparan con los del mismo periodo de 2019, un año que no se vio alterado por ninguna circunstancia excepcional, el incremento se reduce al 2,8%. Pero es que las exigencias de los PGE 2021 fijaron un crecimiento objetivo del 10,8%.
Las dos nuevas figuras impositivas nacidas con los PGE 2021, las tasas Google y Tobin, no están funcionando como el Gobierno habría previsto. La primera de ellas, conocida en la jerga de la Agencia Tributaria como "impuesto sobre determinados servicios digitales", ha recaudado en la primera mitad del año apenas 92 millones de euros. El Ejecutivo había cifrado en 968 millones los ingresos por este concepto para el año, por lo que entre enero y junio debería haber aportado en torno a los 500 millones. Lo mismo ha pasado con la tasa Tobin, que grava determinadas transacciones financieras con un recargo del 0,2%. Entre enero y junio ha aportado 185 millones de euros, cuando los ingresos presupuestados para todo 2021 ascendían a 850 millones de euros.
La recaudación impositiva, como la economía, está muy influida por la estacionalidad, lo que hace difícil prever qué puede suceder en los próximos meses, porque las diferencias de ingresos entre unos meses y otros son muy amplias, ya que no todos los impuestos se recaudan con la misma cadencia.
Los principales problemas se están concentrando en el impuesto sobre el valor añadido (IVA y los impuestos especiales). No es que la recaudación por estos conceptos se esté reduciendo en 2021, sino que las cifras están por debajo de las registradas en 2019, el año que tiene que servir de referencia obligada.
En el caso del IVA, se han ingresado 48.630 millones de euros en los ocho primeros meses de este año. Es un 14,8% más que en los mismos meses de 2020, pero inferiores (1.256 millones menos) en un 2,5% a los de idéntico periodo de 2019. En términos homogéneos, Hacienda minimiza la caída al 1,1%. Una aproximación acerca de lo que puede suceder para el conjunto del año con el IVA, nos lleva a estimar unos ingresos para las arcas públicas en torno a los 65.000 millones de euros, 4.000 millones por debajo de las previsiones de los PGE.
Las dos figuras impositivas que mejor se están comportando en el periodo analizado son el IRPF y Sociedades
En los impuestos especiales, la situación es muy parecida. Hay un aumento de los ingresos del 4,4% entre enero y agosto en relación con 2020 (12.943 millones de euros contra 12.400 millones), pero se está muy lejos también de los datos de 2019 en ese periodo: 14.196 millones. Incluso en la comparación con el pasado año hay figuras que han retrocedido. Los PGE 2021 tienen previstos unos ingresos por el conjunto de impuestos especiales de 20.183 millones. Con 12.943 millones ya en las arcas del Estado en los ocho primeros meses del año se antoja muy difícil alcanzar el objetivo y alcanzar 18.000 millones.
Es el caso del impuesto especial sobre las labores del tabaco, el segundo en importancia en este grupo por detrás del impuesto que grava el consumo de carburantes y combustibles. En los ocho primeros meses del año la recaudación fue de 4.014 millones de euros, un 4,2% inferior a la de los mismos meses de 2020. La Agencia Tributaria lo achaca a los malos comienzos del año en curso, como consecuencia de la llegada de una nueva ola de contagios.
Hay también números negativos en el impuesto sobre el alcohol y bebidas derivadas. Los ingresos han caído un 4,5%, de 396 millones a 378 millones en el último año. Es un descenso del 4,5%, pero si la comparación se hace con 2019, llega al 22,2%. En el impuesto sobre el carbón, la variación es del -41,3%, aunque la cifra en valor absoluto no es significativa.
A los impuestos que mejor les va es al IRPF, que ha aportado casi 5.000 millones más que en 2019, hasta 64.536 millones, y Sociedades, con 9.354 millones. En ambos casos, sin embargo, no parece fácil llegar a los objetivos de los PGE. Con los datos de agosto, las desviaciones pueden estar en torno 8% en el caso del IRPF y por encima del 20% en el caso de sociedades. Las dos figuras impositivas que mejor se están comportando en el periodo analizado son el IRPF y Sociedades.