Se inventaron un banco de la nada, de la ruinosa red de Novagalicia más allá de su territorio natural. Le llamaron EVO. Una entidad rompedora en horarios, con la etiqueta de ‘sin comisiones’ como reclamo e irremediablemente comparada con el método ING diseñado por César González Bueno. Un año y medio después, la antigua filial, vendida al fondo Apollo por 60 millones, se ha convertido en el blindaje perfecto de José María Castellano y César González Bueno, sus creadores, para mantenerse en el sector ante su difícil encaje en Novagalicia si ésta es comprada por un banco español.
El aterrizaje de La Caixa, BBVA o Santander en la entidad gallega implicará un cambio de todo su ‘management’, según confirman fuentes del sector. La continuidad de Castellano y González Bueno, presidente y consejero delegado, respectivamente, sólo está asegurada en la oferta de Guggenheim Partners, el fondo que obligará a la banca española a pagar por Novagalicia si Economía y el FROB quieren evitarse el brete de tener que explicar por qué siguieron repartiendo ayudas cuando existía la posibilidad de rebajar la factura del rescate.
En medio de la subasta, coincidiendo con el inicio de las presiones de los bancos españoles para evitar el aterrizaje de los fondos en Novagalicia, bajo un amplio argumentario que únicamente delata el enorme interés por la entidad gallega, su presidente, CEO, junto a todo el resto de su Consejo salvo los representantes del FROB, se han convertido en el máximo órgano de dirección de EVO ya como banco independiente. Así consta en el en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (BORME), del pasado 16 de octubre, que detalla que EVO nace con un capital social de 18 millones.
De esta manera, José María Castellano, César González-Bueno, Enrique Llano Cueto, José Manuel Gabeiras Vázquez, Xabier Alkorta Andonegi, Jaime González Requeijo y Francisco Javier Rodríguez Seijo forman el consejo provisional de EVO hasta que Apollo tome el control en diciembre próximo. Precisamente, esta situación de traspaso administrativo permite simultanear la pertenencia en el consejo de dos entidades competidoras cuando ninguno de sus consejeros tienen participación alguna en al menos una sociedad. De ahí, que el Banco de España haya dado el visto bueno al proceso.
Sin embargo, esta situación de provisionalidad se convertirá en permanente si Guggenheim no consigue adjudicarse Novagalicia, según confirman fuentes del sector. “Castellano y González Bueno tienen el compromiso de Apollo de integrar el consejo de EVO si, finalmente, no pudieran continuar al frente de Novagalicia. Ellos, mejor que nadie, conocen los defectos y fortalezas de la nueva entidad, y cómo sacarles partido en el difícil entorno de negocio bancario en España”, explican estas fuentes.
La popularidad de Castellano está bajo mínimos entre los bancos españoles interesados en Novagalicia. No se le perdona que haya creado la conexión Feijóo-Rajoy para dar una solución política a un problema financiero. “Nadie puede asegurar más la gallegueidad del proyecto que una entidad española porque las redes de Santander, Caixa o BBVA en Galicia permitirán a los ciudadanos gallegos seguir teniendo acceso a una oficina bancaria cuando se tenga que hacer el ajuste adicional de sucursales que exige Bruselas”, razonan desde el sector. “Los fondos cerrarán más oficinas que cualquier banco español”, aseguran.
“Un banco siempre podrá dar mejores soluciones a la plantilla sobrante, en cuanto a posibles vías de recolocación, que cualquier fondo”, esgrimen desde las entidades nacionales. El argumento funciona a la inversa para Castellano y González Bueno.