El FC Barcelona parece estar encaminándose en el campo de la mano del método de Hansi Flick y el potencial de las nuevas figuras culés creando un viento de cola que la Directiva quiere aprovechar para volver al círculo virtuoso en la gestión. Un argumentario con el que la Ejecutiva del abogado Joan Laporta ha pulsado el acelerador en las conversaciones con Nike de cara a un nuevo acuerdo comercial que se atisba "necesario" para garantizar la viabilidad financiera del club, en terapia intensiva desde la pandemia, más allá del electroshock de las palancas.
En esa línea, la dirección blaugrana ha asumido como prioritaria una extensión temporal sobre otras cifras del vínculo con los americanos, según precisan fuentes consultadas por este medio. La relación con Nike, con todas sus idas y vueltas, sigue albergando una importancia medular dentro de una cartera comercial de ingresos que el Barça no pudo incrementar el último año. Por el contrario, se ha encogido, coincidiendo ahora su techo temporal con el vencimiento del lazo vigente con los estadounidenses.
La extensión hasta 2034 del contrato -que vence en junio de 2028- tendría más ribetes de continuidad que de revalorización en términos financieros, atendiendo a las fuentes consultadas. El actual director comercial del club, Sergi Ricart, fue fichado precisamente procedente de Nike tras 18 años en la multinacional.
Aún así, la ampliación de años sobre la mesa de Nike se ve como primordial para apuntalar el plan de negocio del Barça -que ahora llega hasta el verano de 2028, cuando empezarán a vencer las deudas por el nuevo estadio- y para facilitar las negociaciones en torno a refinanciaciones en marcha, según trasladan informantes financieros cercanos a las partes.
El nuevo acuerdo se vería mediado por un adelanto de Nike que podría compensar financieramente esta temporada el tiempo fuera del Camp Nou, aunque bajo la contraprestación para los americanos de asegurarse un altavoz comercial a nivel mundial de relevancia por más tiempo y con más garantías frente a imprevistos sobre el Barça sin tener que hacer el esfuerzo que habría tenido que hacer en otro momento.
Tiempos difíciles para Nike
Todo ello, además, en un contexto en el que la marca de la pipa no tiene tanto margen para experimentos como en otros tiempos. Porque si para el Barcelona es fundamental renovar por más años el contrato con Nike, ya que por ahora no cuenta con ningún acuerdo comercial más allá de 2028, también lo es para el gigante del calzado deportivo. Nike está atravesando uno de sus momentos más complicados hasta la fecha, con tres crisis que afrontar: una gran caída de las ventas, la competencia china cada vez más acuciante y una crisis de identidad, que están tratando de solventar con el nombramiento a principios de este mes de Elliott Hill, veterano de Nike, como CEO de la empresa.
Reflejo de ello es que en sus últimos resultados trimestrales, presentados en octubre de este año, la compañía perdió un 28% de beneficio, con unas ganancias de 1.050 millones de dólares. Por su parte, las ventas se quedaron en 11.600 millones, un 10% menos que el mismo período del año anterior, a la vez que pronosticó una bajada de sus ingresos del próximo trimestre de entre un 8% y un 10%. De hecho, tras estos malos resultados, la compañía se llegó a desplomar un 8% en la Bolsa de Wall Street, complicando el estreno a Hill.
En este contexto, la posible renovación del contrato con el Barça, por ahora sólo un papel encima de la mesa, se presenta como una carta también interesante para Nike, que necesita de un gran contrato como este para mantener su posición de gigante. Vozpópuli ha contactado con Nike, pero esta ha declinado hacer comentarios al respecto. Tampoco se han hecho declaraciones desde Can Barça.
Año de inflexión para el Barça
Una ampliación del vínculo con Nike y/o su reemplazo por un contrato de diez años con otra marca, con la que se han mantenido también conversaciones, podría cambiar la ecuación comercial de un club que hasta ahora ha ganado más tiempo que liquidez con la que afrontar el futuro ante el último ejercicio parcialmente fuera del Camp Nou. La presente es también la última campaña antes de tener que empezar a devolver la deuda tomada por la nueva infraestructura, el eje en virtud del club Laporta pretende alcanzar un presupuesto de más de 1.000 millones de ingresos ordinarios en su último año de mandato.
Unos objetivos ambiciosos en torno a los cuales el camino se presenta angosto y no libre de obstáculos ni fuentes de incertidumbre. La última prueba fue la decisión de asumir un deterioro muy limitado en torno al proyecto Barça Studios -luego Barça Media- pese a que, dos años después, la 'palanca' audiovisual/digital no ha cristalizado -con fiasco en la bolsa estadounidense incluido-.
El acuerdo in extremis con la marca americana de restauración Aramark para cubrir parte de los impagos del fondo alemán Libero y un proyecto en conversaciones que no se ha trasladado al auditor han alcanzado a dar los argumentos para que el propio Grant Thornton no se viera en condiciones de imponer una provisión a realizar.
Es esto último, en el marco de la actual normativa contable, lo que explica que la Ejecutiva de Laporta haya podido conservar como activo los 208 millones de euros en los que tiene contabilizada desde 2022 su participación en la mercantil Bridgeburg Invest -que canaliza la 'palanca' digital/audiovisual- a partir de unas promesas de pago que se encuentran actualmente en su mayoría vencidas y/o abocadas a una renegociación.