Montoro está mucho más cerca de clamar victoria. El déficit del Estado central en términos homogéneos en octubre se situó en el 3,92 por ciento del PIB, por debajo del 4,5 por ciento comprometido. Este alivio le da cierto margen para compensar la desviación del entorno de un punto que sufrirán las pensiones y el desempleo.
El término homogéneo no tiene en cuenta los adelantos brindados a otras Administraciones. Si se contabilizan tales anticipos, el déficit se remonta hasta el 4,13 por ciento, por encima del 3,74 por ciento que se registró el año pasado a las mismas alturas del año y que al final alcanzó el 5,11.
No obstante, la secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández Currás, lo insinuó de una forma muy clara. En los últimos meses, a costa de las subidas de impuestos, se ha reducido la brecha presupuestaria en 62 décimas y en Hacienda esperan que la trayectoria de los próximos dos meses sea igual de espectacular.
En los impuestos reside la clave de la mejora: la recaudación del IVA en octubre ha aumentado en un 5,4 por ciento. La secretaria de Estado cree que se quedará a final de año en un -2,2, justo lo previsto en libro amarillo de Presupuestos.
Sociedades se ha elevado un 35 por ciento en octubre debido al segundo pago fraccionado, dejando el acumulado del año en un 10,5 por ciento más. El tercer pago fraccionado tendrá lugar en diciembre y en el Ministerio prevén que se comporte igual de bien, en parte apuntalado por las subidas encubiertas a las empresas a fuerza de suprimir la libertad de actualización, la deducibilidad de gastos financieros o la actualización de los balances.
Otra parte de los mayores ingresos por Sociedades se atribuye al pago fraccionado, lo que implica que el año que viene la Administración contará con menos ingresos al devolver más recursos a las empresas por este capítulo.
Fernández Currás considera que pueda haber margen este año para actualizar las pensiones. La secretaria de Estado confía en que la Seguridad Social experimente un déficit algo menor de lo esperado, unos 8.000 millones en lugar de los 10.000 millones. Ello permitiría asumir los 2.000 millones en los que se incrementaría el déficit este año por la revalorización de las pensiones.
Así que todo queda en manos de las Comunidades Autónomas. Los datos sobre la ejecución presupuestaria de las autonomías conocidos ayer corresponden a la contabilidad de caja y, por lo tanto, no son comparables. Los números divulgados por Hacienda en junio, que sí pueden cotejarse por contabilidad nacional, revelan que hay bastante retraso en la toma de medidas y que todo depende de un último esfuerzo en el segundo semestre del ejercicio.
Sin embargo, Montoro les ha echado el lazo con el Fondo de Liquidez Autonómico. La ayuda de este mecanismo sólo se concede para las facturas presentadas, lo que asegura al ministro que las autonomías gasten sólo en servicios esenciales y, por lo tanto, reduzcan drásticamente los desembolsos.
El problema, sin embargo, ocurrirá en 2013. Este año el Estado ha transferido a las CCAA hasta ahora unos 7.000 millones más por la liquidación del sistema de financiación de 2010. Éstos son recursos que los gobiernos autonómicos no recibirán el ejercicio que viene y obligan a mayores recortes en las regiones durante 2013.
El lunes, el titular de Hacienda sostenía que no le haría falta más tiempo para cumplir con las metas de déficit y que España necesitaba cerrar ese agujero cuanto antes para reiniciar la actividad. Según Montoro, ese exceso de gasto está dificultando el equilibrio de las balanzas por cuenta corriente y, por tanto, la sostenibilidad de la economía. Cuando se cierre, el sector privado podrá recibir más financiación porque tendrá un horizonte saneado.