La primera reunión del año del Eurogrupo se celebrará en Bruselas el próximo lunes, 21, y en ella se abordará, previsiblemente, el relevo como presidente del organismo del luxemburgués Jean-Claude Juncker. Si para entonces se ha cocinado un acuerdo sólido que aúpe al cargo al ministro holandés de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, el problema estará resuelto. De lo contrario, continuarán las negociaciones entre los socios de la eurozona.
Fuentes gubernamentales y medios de Bruselas coinciden en que la aspiración del ministro español Luis de Guindos a ocupar la presidencia del Eurogrupo nunca ha sido avalada por Mariano Rajoy. De hecho, el presidente no ha movido un dedo entre sus homólogos europeos para promover al ministro de Economía como candidato al puesto, consciente de la firme negativa de Angela Merkel a que España, un país que sopesa pedir ayuda financiera al BCE, obtenga tan alta representación.
Alemania se niega en rotundo a que un país que sopesa pedir ayuda financiera al BCE se haga con la presidencia del Eurogrupo
Pese a que este no es un argumento de peso, ya que la Comisión Europea está presidida por el portugués José Manuel Durao Barroso, tiene también sus seguidores entre los países que disfrutan, como Alemania, de la triple A. Esta es la fuerza principal con la que opera el holandés Dijsselbloem, aunque su candidatura, la más firme hasta ahora, también choca con algunos inconvenientes. El principal es su adscripción socialista cuando la mayoría de los gobiernos de la eurozona son conservadores. Los países a los que no les hace gracia esgrimen, además, que lleva poco tiempo en el cargo y que la inestabilidad política en Holanda, con frecuentes cambios de Gobierno, puede conducir también a que en breve vuelva a quedarse vacante la presidencia del Eurogrupo.
El más que probable descarte de Guindos ha contribuido a enfriar los rumores de una próxima remodelación ministerial, asentados en la hipótesis de que pueden cambiarse las reglas que hasta ahora han regido para el puesto. Hay un debate interno abierto en Bruselas sobre si el cargo debe empezar o no a requerir la dedicación exclusiva, aunque es muy poco probable que se de este paso. De hecho, el titular holandés de Finanzas ha dejado claro que, de resultar elegido, seguirá ocupando sus actuales responsabilidades en el Gobierno de su país.
Casi siempre que Guindos ha planteado de forma oficiosa la posibilidad de presidir el Eurogrupo lo ha hecho sobre la conjetura de ocuparse en exclusiva de este cometido, planteamiento que ha contribuido también a alentar los rumores de un próximo cambio ministerial que en La Moncloa no se ve previsible.
Guindos ha planteado de forma oficiosa la posibilidad de presidir el Eurogrupo sobre la conjetura de ocuparse en exclusiva de este cometido
En medios de Bruselas se recuerda que la apuesta alemana para que un país pequeño presida el Eurogrupo llegó después de que Angela Merkel acariciara la idea de alternarse en el puesto con Francia, una idea que Alemania desechó tras la llegada de Hollande al Ejecutivo galo y de comprobar la frialdad en las relaciones bilaterales.
“Alemania intenta evitar por todos los medios que la máxima responsabilidad del Eurogrupo recaiga en un país con problemas como España y a ello se suma el hecho de que la posición del Gobierno español para librar ahora esta batalla es débil”, resumen fuentes comunitarias.
Si todas las piezas terminan cuadrando en este orden, España seguirá sin ningún representante de alto nivel en las grandes instituciones europeas, con la excepción del comisario Joaquín Almunia, circunstancia que ya quedó en evidencia tras la salida de José Manuel González Páramo del Consejo del BCE el pasado mayo