“En la salida a Bolsa de Bankia no toda la culpa fue de Rodrigo Rato. Había también un Banco de España, un consejo de administración, un regulador…”. El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, matizó las responsabilidades de quien fuera presidente de la entidad nacionalizada y director gerente del Fondo Monetario Internacional. Lo hizo tras reconocer que la entidad nacionalizada nunca tendría que haber salido a los mercados en una situación de tanta debilidad y durante su participación en una mesa redonda junto a los otros tres primeros espadas de los grandes partidos en el ámbito económico.
De Guindos fue objetivo de buena parte de las críticas de los otros tres debatientes: Pedro Saura (PSOE), Nacho Álvarez (Podemos) y Luis Garicano (Ciudadanos). Fue precisamente con este último con quien el ministro tuvo una discusión sobre las responsabilidades y las consecuencias de la crisis financiera española. Garicano reprochó al 'popular' su estrategia para resolver el problema del sector bancario en España durante los primeros meses en el Gobierno.
En concreto, la mano derecha de Albert Rivera reprochó al Gobierno de Mariano Rajoy haber retrasado la aprobación de sus primeros presupuestos hasta después de la celebración de las elecciones andaluzas, perdiendo la oportunidad de aprovechar el periodo de 'luna de miel', en palabras de los analistas de Citibank. Además, junto al socialista Pedro Saura, le acusó de haber puesto en peligro la credibilidad y sostenibilidad del sistema financiero español tras haber aprobado sendos decretos de provisiones para la banca (los 'Guindos 1 y 2') sin haber encontrado una solución previa para aquellas entidades que no tuvieran fondos suficientes que impidiera que Bankia quedara "colgada" como después ocurrió.
Saneamiento y crédito
El exdirectivo de Lehman Brothers sacó sin embargo pecho respecto de su estrategia para con el sector financiero español. Y es que, según argumentó, el saneamiento de la banca española ha permitido, a diferencia de otros países, que el crédito fluya a la economía real y por tanto favorezca el crecimiento económico. En otros países con dicho saneamiento pendiente, como Portugal e Italia, el crecimiento es mucho menor, según explicó el titular en funciones de la cartera de Economía.
El ministro justificó las decisiones tomadas entonces amparándose en la delicada situación de la economía española. “Teníamos que financiar en todo el año 285.000 millones de euros y la prima de riesgo superaba los 400 puntos básicos. En las reuniones de abril con el FMI se hablaba de rescatar por completo a España”. De Guindos también defendió otras medidas aprobadas por el Ejecutivo del que formó parte, como fueron la reforma laboral, la ley de unidad de mercado y otras que han permitido volver a la senda de crecimiento.
De Guindos restó además importancia a la decisión de Mario Draghi del verano de 2012 de “hacer todo lo necesario” para salvar el euro. Pese a las voces que sitúan allí el punto clave que permitió a España y otros países reducir su prima de riesgo, el ministro de Economía indicó que en su opinión fueron más importantes las reformas llevadas a cabo en España, así como el compromiso de Grecia de permanecer en la moneda única y el comienzo de la llamada unión bancaria.