El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha elevado del 1,9% al 2,4% su previsión de crecimiento económico en España este año, cinco décimas más, pero alertando de que su proyección está sujeta a "las incertidumbres" de "la fragmentación geoeconómica y política interna".
Los directores ejecutivos piden "esfuerzos continuos para sostener la estabilidad macroeconómica y abordar los desafíos estructurales de España para fomentar la convergencia de los niveles de vida del país hacia sus pares de mayores ingresos".
En este contexto, también apuntan que se muestran satisfechos con "la mejora continua de las finanzas públicas y el compromiso de las autoridades con la disciplina fiscal, a pesar del difícil entorno político".
De cara a 2025, mantiene su previsión de crecimiento en el 2,1% y para 2026, lo sitúa ya en el 1,8%, en una clara senda de desaceleración. El crecimiento en estos tres años estará sustentado, según dice, en la demanda interna.
El FMI espera que el consumo privado se fortalezca a medida que la tasa de ahorro de los hogares se normalice gradualmente y los ingresos salariales reales sigan aumentando, mientras que la inversión privada se beneficiará de la flexibilización de las condiciones financieras y del desembolso continuo de subvenciones Next Generation EU (NGEU).
En cuanto a la inflación, pronostica que tanto la general como la subyacente disminuirán aún más a lo largo de 2024 y 2025, acercándose al objetivo del 2% que marca como objetivo el BCE antes de mediados de 2025.
En todo caso, el FMI destaca que "los riesgos siguen inclinados a la baja para el crecimiento y al alza para la inflación". Los riesgos para la inflación incluyen un posible repunte de los precios mundiales de la energía y aumentos más rápidos de lo esperado en los costos laborales unitarios.
Los riesgos para el crecimiento incluyen la fragmentación política interna, la posible subejecución de los fondos del NGEU, una desaceleración global y la fragmentación geoeconómica.
NormaDin
Con estos delincuentes no vamos a ninguna parte.