Macroeconomía

La OCDE eleva al 2,1% el crecimiento del PIB pero alerta sobre la inflación subyacente

En nuestro país calcula una subida media de los precios menos volátiles del 4,8% este año, superior al 3,8% de 2022 y al 3,9% que habrá repuntado este año el IPC general

  • Nadia Calviño -

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revisa al alza la previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español otras cuatro décimas, del 1,7% al 2,1%. Esta es justo la cifra que proyecta el Gobierno, algo que, como era de esperar (prácticamente todos los organismos económicos han revisado al alza sus previsiones), sopla a su favor de cara a las próximas elecciones. Para 2024, proyecta un repunte del 1,9%, dos décimas más de lo que planteó el pasado mes de marzo.

Sin embargo, la OCDE pone el foco también en la persistente inflación subyacente, uno de los desafíos más fuertes que afrontan ahora las economías, incluida la española. En nuestro país calcula una subida media de los precios menos volátiles (excluye alimentación, energía, alcohol y tabaco) del 4,8% este año, superior al 3,8% de 2022 y al 3,9% que habrá subido de media este año el IPC general. La moderación de este último se debe, fundamentalmente, a la bajada de los precios de la energía.

El año que viene, sus proyecciones apuntan a una inflación subyacente media del 3,7%, mientras la general se situará en el 3,9%, produciéndose exactamente la misma subida anual que este año. Es decir que según la OCDE el año que viene la inflación no se podrá dar por controlada, pues estará todavía lejos del objetivo del 2% marcado por el Banco Central Europeo (BCE).

De esta forma, advierte de un asunto que la propia presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha comentado en los últimos días: no hay pruebas claras de que la tasa subyacente haya tocado techo, lo que apunta a más subidas de tipos. "Aunque la inflación general está disminuyendo gracias a la bajada de los precios de la energía, la inflación subyacente sigue siendo persistentemente alta", comenta ahora la OCDE.

En todo caso, destaca que "una menor inflación y un mercado laboral resistente apoyarán el consumo de los hogares, mientras que una demanda exterior más fuerte apuntalará el crecimiento de las exportaciones". También menciona el impulso de los fondos europeos, con inversiones públicas que pueden aumentar el potencial de crecimiento.

Sin embargo, "espera que la política fiscal se endurezca para hacer frente a la elevada deuda" y apunta que, "a medida que retroceda la inflación, las medidas de apoyo para mitigar el impacto de los elevados precios de la energía deberían desaparecer gradualmente". Además, apunta que "seguir abordando el bajo crecimiento de la productividad y reducir la dependencia de los combustibles fósiles debe ser una prioridad".

Informe de la OCDE

Con todo, la OCDE calcula que la ratio de deuda/PIB se situará a cierre de este año en el 110,8% y bajará al 109,9% en 2024, en línea con las previsiones del Ministerio de Asuntos Económicos. El déficit público prevé que descienda al 3,5% del PIB en 2023 y al 3,2% del PIB en 2024, mientras que el Gobierno asegura que se situará en el 3% ya el año que viene.

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