Madrid (1.001 euros), Barcelona (978), Tarragona (917), Girona (901), Toledo (874) y Soria (864) son las capitales que ingresan más impuestos por habitante; Pamplona (435 euros), Jaén (492), Badajoz (508), Cáceres (522), Alicante (531) y Córdoba (583), las que menos. Así lo muestra el Panorama de Fiscalidad Local 2024 que ha presentado el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) este miércoles.
En 2023 un ciudadano pagó una media de 705 euros por tributos locales. El informe muestra que las diferencias entre lo que pagan los ciudadanos por los tributos locales son importantes: entre los 1.001 euros por habitante que se abonan en Madrid y los 435 euros en Pamplona median 566 euros entre la ciudad en la que más se paga y en la que menos.
Mientras el Panorama de la Fiscalidad Autonómica que el REAF también elabora se publica cada año, el de la Local de 2024 es el segundo que realizan desde 2018, y la comparación entre estos dos años muestra un incremento notable en los ingresos de los Ayuntamientos. Entonces en Madrid se pagaban 744 euros, en Barcelona 655, en Tarragona 562, en Girona, 491, en Toledo 597 y Soria, 481. Y las que menos pagan ahora, sufragaban 299 euros (Pamplona), 360 (Jaén), 348 (Badajoz), 330 (Cáceres), 378 (Alicante), 387 (Córdoba). Siendo entonces Bilbao (284), Santa Cruz de Tenerife (289) y Palencia (296) las capitales más baratas.
María Jesús Portillo, profesora de la Universidad de Murcia, ha señalado que no se aprecian tendencias relevantes más allá de la subida de tipos que está detrás de los incrementos en el IBI en el periodo.
En lo que respecta al IBI, Madrid sigue encabezando el ránking, con unos ingresos de 470,6 euros, seguida de León, con 449,2 euros, Lleida (407,7), Ciudad Real (384,9) y Segovia (382,3). Las capitales con menos presión en este impuesto son Pamplona (146,4), Vitoria (161,2), Palencia (176,4), Lugo (199) y Córdoba (206,5).
Reforma de la financiación
Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas de España, ha expresado su preocupación por la falta de una propuesta de financiación autonómica y local. Según él, "una reforma en estos ámbitos ayudaría a reorganizar y clarificar su fiscalidad, y permitiría modernizar la tributación medioambiental".
Pich ha citado el IBI como ejemplo de la interrelación entre las reformas fiscales, señalando que este tributo debería estar claramente integrado en la tributación sobre la riqueza, porque los inmuebles se gravan también por el Impuesto sobre la Renta, Patrimonio y por Sucesiones y Donaciones.
El presidente de los Economistas ha criticado los recargos en el IBI que se vienen promoviendo, por mezclar conceptos y no ser a su juicio "juego limpio", pero ha preferido no pronunciarse sobre la Ley de Vivienda y su aplicación en Cataluña.