En las profundidades oceánicas, los respiraderos hidrotermales son fuentes termales creadas por volcanes submarinos ubicados en los límites de las placas tectónicas.
La liberación de fluidos calientes calentados por el magma da como resultado una abundancia de comunidades muy particulares de organismos que se alimentan de las sustancias químicas disueltas en estos fluidos. Un ejemplo de ello son las ubicadas en las Islas Galápagos, en Ecuador; o en Europa, la sexta luna de Júpiter; o en el Mar Rojo, en Arabia Saudí, donde estas comunidades microbianas arrojan luz sobre los orígenes y adaptaciones de la vida en las profundidades del mar.
Los respiraderos hidrotermales únicamente pueden darse en lugares volcánicamente activos y, aunque en los últimos años los científicos han descubierto cientos de ellas en todo el mundo, recientemente han encontrado evidencias de que en las lunas heladas de Júpiter también podría haber respiraderos hidrotermales alcalinos similares en sus mares.
Así, este descubrimiento ha sido llevado a cabo por científicos del University College de Londres (UCL) gracias al estudio publicado en Nature Ecology & Evolution, en el que también afirman, entre otras cosas, que el origen de la vida pudo darse en respiraderos hidrotermales de aguas profundas en lugar de estanques de poco fondo.
Falla de Galápagos
Es el caso de los respiraderos ubicados en las costas de las Islas Galápagos, descubiertos en el año 1977 por Investigadores del Woods Hole Oceanographic Institute (WHOI), de EE. UU., y que fue toda una revolución para el pensamiento científico sobre cómo y dónde podía existir vida. La exploración de las fuentes hidrotermales de la Falla de Galápagos condujo, por tanto, a que se puedan estudiar criaturas nuevas y fascinantes.
Hoy en día, alrededor de esas fuentes viven comunidades de animales, algunos desconocidos hasta ese entonces, como gusanos tubulares, almejas gigantes y cangrejos blancos, los cuales se alimentan de bacterias de los compuestos azufrados del agua expulsada por las aberturas.
Europa, la luna de Júpiter
En la búsqueda de vida en el universo sólo existe una certeza hoy en día: la hay compleja e incluso inteligente, únicamente en el planeta Tierra. Pese a esta afirmación, la NASA confirmó que Europa, la sexta luna de Júpiter posee un enorme océano subsuperficial donde se observa actividad que se manifiesta de manera intermitente en forma de fumarolas hidrotermales.
Este hecho brinda a los investigadores la oportunidad de encontrar signos de vida en esta superficie sin tener que taladrar el hielo, convirtiendo a Europa en el principal candidato del Sistema Solar en albergar vida fuera de nuestro planeta.
Hatiba Mons
Por otro lado, los científicos de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah han descubierto recientemente la existencia de campos de respiraderos hidrotermales activos en el Mar Rojo, en Arabia Saudí. Este nuevo hallazgo permite el estudio sobre los recursos biológicos y minerales de las profundidades de este mar, así como sobre los procesos evolutivos de la vida en ambientes extremos. Este descubrimiento ha identificado 45 campos de respiraderos en Hatiba Mons, de los cuales 14 están ventilando activamente, lo que los diferencian de otros campos de ventilación en todo el mundo.
Pero, además, el Mar Rojo también alberga más de 90 islas vírgenes, playas impresionantes y una variedad de maravillas naturales que incluyen volcanes inactivos, dunas desérticas y cañones de montaña, así como la cuarta barrera de coral más grande del mundo. Es por ello que uno de los objetivos de la Vision2030 de Arabia Saudí pretende convertir al Mar Rojo en un destino pionero de turismo regenerativo de lujo, en el que poder descubrir tesoros naturales impresionantes y ofrecer experiencias emocionantes.