Primero, en 2009, al inicio de la crisis, José Luis Rodríguez Zapatero aprobó el Plan Prodi, una ayuda de 426 euros dirigida a desempleados sin derecho a prestación, un colectivo que por entonces empezaba a dispararse. Y luego, en 2011, el mismo gabinete socialista resolvió que el Prodi no había cumplido su función, que apenas servía para generar empleo y que de esa partida sobraban 26 euros: así nació el Plan Prepara, la ayuda a parados de 400 euros concebida como un plan de choque contra el paro, reforzado con sus bonificaciones y más cursos para la formación.
Ayer Mariano Rajoy anunció en Mallorca, donde se reunió con el Rey, la tercera prórroga del Plan Prepara en medio de una fuerte polémica (la izquierda y los sindicatos le habían pedido que se pronunciara antes) y rodeado de paradojas: si el antiguo Plan Prodi, pensado como auxilio económico antes que como vía de colocación laboral, consiguió que la mitad de sus 850.000 beneficiarios encontrara empleo, el Prepara brilla por el fracaso de sus medidas de reinserción, con apenas un 6% de agraciados que lo logra. Actualmente, lo reciben más de 200.000 personas.
A ese dato hay que sumarle el coste del plan, que oscila entre los 300 y 450 millones semestrales –precisamente la duración de la prórroga-. Y en el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, que diseña el plan, no está demasiado claro cómo se va a mejorar la inserción de los afectados. Básicamente, reconocen en privado fuentes gubernamentales a Vozpópuli, no sé sabe “con qué medios” se puede ayudar a los usuarios del Prepara a colocarse utilizando los mismos recursos económicos y administrativos.
"Mejorar" el objetivo
Rajoy defendió durante su comparecencia a las capas sociales más débiles que perciben la ayuda. “El Gobierno está haciendo un esfuerzo con decisiones complejas, difíciles para muchas personas, pero intentamos siempre preservar la situación de aquellas personas que se encuentran en una situación mucho más difícil”. Y habló de mejorar el objetivo de la prestación, cuya capacidad de inserción ha caído en un año del 20% al 6%: “No podemos, pues, darnos por satisfechos. Vamos a intentar que las cosas funcionen mejor”.
El departamente de Fátima Báñez estudia cómo mejorar la inserción manteniendo el gasto
¿Cómo? Los requisitos para cobrar los 400 euros establecen “la obligatoriedad de comprometerse a realizar las distintas actuaciones –cursos, etcétera- que se determinen por el Servicio Público de Empleo (Sepe)”. Y para hacer más efectivo el Prepara, arguyen las mismas fuentes, “hay que proponer más y mejores cursos de formación, estrechar la vigilancia, contener el fraude y aportar orientadores profesionales, entre otras muchas cosas. Sin embargo, Empleo no encuentra cómo hacerlo”. En estos momentos, el departamento que tutela Fátima Báñez estudia de qué manera sería esto posible sin incrementar un gasto que ya es elevado.
Desde el lado sindical, CCOO y UGT se mantienen alerta por si se mejora la inserción a costa de un recorte de beneficiarios. “A ver si vamos a pasar ahora de 200.000 usuarios a 40.000”, advierte Fernando Lezcano, de CCOO. No sería el primer tajo. En agosto de 2010, hace dos años, el entonces ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, endureció las condiciones de acceso al Plan Prepara, dejando fuera a 70.000 desempleados.