La actividad de las aerolíneas en el mundo es prácticamente mínima ante las restricciones marcadas por los diferentes países para frenar la propagación del coronavirus. En el caso concreto de España, sólo en los días de Semana Santa, los vuelos en la red aeroportuaria de Aena se han reducido un 95%, pasando de las 71.000 operaciones en este periodo de 2019 a apenas 3.550, dedicadas esencialmente a repatriaciones y carga aérea, según datos de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA).
Aún así, las aerolíneas mantienen algunos vuelos para asegurar la conectividad dentro y fuera del país, para aquellos que por causas justificadas necesiten viajar. Pero, ¿qué medidas toman las aerolíneas para que sus vuelos sean seguros durante la Covid-19? Algunas de las principales compañías explican a sus clientes en sus páginas web las principales medidas, como el refuerzo de la limpieza de las superficies en los aviones o la reposición constante de jabón, gel y/o toallitas desinfectantes.
Desde Iberia explican, por ejemplo, que "se han retirado las revistas de papel o la venta a bordo". La comida también se ha "simplificado", para que haya el menor contacto posible. "Se ha retirado lo que pudiera ser transmisor y lo que se mantiene se desinfecta a fondo", indican desde la compañía.
En cuanto a la ventilación, Air Europa destaca que el aire de la cabina no se estanca nunca, sino que sigue un movimiento circular en el que se mezcla aire limpio del exterior con aire del interior filtrado mediante filtros de recirculación HEPA o de alta eficiencia. Estos, según dicen, "pueden capturar las partículas que contienen virus con una eficiencia de más del 99,9% y son exactamente los mismos que se utilizan en entornos hospitalarios de alta exigencia, como los quirófanos".
"Ningún medio de transporte colectivo es tan eficiente a la hora de protegerles de posibles contagios como el avión, especialmente si vuela con flotas tan modernas y eficientes", asegura la compañía aérea de Globalia. Finalmente, Iberia hace hincapié en que se ha reforzado la limpieza para acabar también con aquello que no se filtra, lo que está en la superficie.
Guantes y mascarillas
Las aerolíneas cuentan con kits de esterilización, fundamentalmente guantes y mascarillas de obligado uso para las tripulaciones y opcionales para los clientes. "Nuestras flotas están equipadas con estos sistemas desde 2003, cuando se detectó un brote del Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS)", asegura Air Europa. Algunos profesionales que continúan operativos mencionan a Vozpópuli que normalmente las aerolíneas reparten mascarillas a los pasajeros antes de subir al avión, y ellos deciden si se la ponen o no.
"Vamos con mascarilla y guantes y estamos continuamente lavándonos las manos. Llevamos todas las medidas que podemos, aunque nos gustaría tener test para identificar casos más fácilmente. Normalmente se evalúa a todos los que se suben al avión, pero no les hacen la prueba, sino que les miden la temperatura y comprueban que no tengan síntomas. Además, si alguno de nosotros detectamos tos o fiebre, avisamos rápidamente al resto de la tripulación", relata un piloto de una aerolíneas a este medio.
"Nuestras tripulaciones están perfectamente preparadas para atender a cualquier pasajero que presente un cuadro clínico compatible con el COVID-19 y tomar las medidas necesarias para garantizar la seguridad y bienestar tanto del pasajero como del resto del pasaje", asegura Air Europa. Por su parte, los trabajadores adoptan medidas adicionales, como cambiar sus kits protectores (guantes y mascarilla) cada vez que atienden al pasaje o reservar un cuarto de baño para la tripulación.
No hay distancia de seguridad
Más allá de estas medidas de prevención, el protocolo de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) recomienda que los pasajeros deben estar espaciados en toda la cabina si es posible, pero no hay una norma que lo ordene. Al realizar reservas en su web, Iberia permite a los usuarios elegir asientos gratuitamente y sugiere que no se escoja un asiento junto a otro pasajero, aunque no es obligatorio. "No hay limitación de oferta de asientos, así que hay pasajeros que no guardan la distancia mínima de seguridad", aseveran fuentes del sector.
Las mismas fuentes indican que en los vuelos ordinarios suele haber plazas de sobra para que vayan espaciados. El problema está en los vuelos especiales de repatriación que realizan durante estas semanas las aerolíneas para dar una solución a aquellos turistas que no tenían una alternativa de regreso ante la prohibición de viajar desde o hacia determinados países. "Aquí la prioridad es la repatriación, los vuelos suelen ir llenos porque se trata de que vuelvan a su origen el mayor número posible de personas", sentencian desde una de las aerolíneas.
Iberia es una de las principales compañías que colabora con el Gobierno en los vuelos a Latinoamérica. El Ministerio de Asuntos Exteriores explica en un comunicado que "aunque la mayor parte de las operaciones se registraron en Europa, las de mayor volumen, conjunto y complejidad se produjeron en Iberoamérica" de la mano de la compañía que dirige Luis Gallego, que está dando por finalizada su misión. Esto se debe a que, según indican fuentes del Ministerio a este medio, "la mayoría o el grueso de los turistas ya están en sus casas".