La inflación ha superado todas las expectativas en agosto al bajar al 2,2%. La mejora, de seis décimas respecto al mes anterior, desvanece la idea de que el Gobierno apruebe una subida de las pensiones superior al 3% en enero de 2025, como se había anticipado.
Con la reforma aprobada a finales de 2021, el Gobierno ha garantizado por ley la revalorización anual de todas las pensiones contributivas conforme a la evolución del IPC en el año anterior para compensar el alza de precios.
En 2022 subieron un 2,5%; en 2023, un 8,5%; y este 2024, un 3,8%. Para calcular la revalorización que se llevará a cabo en enero de 2025 se hará una media de la variación del IPC registrada entre diciembre de 2023 y noviembre de 2024.
En los primeros ocho meses del periodo, entre diciembre de 2023 y julio de 2024, la tasa media había sido del 3,2%, lo que anticipaba una subida el próximo enero similar a esa cifra, como había informado este periódico.
La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) anticipó en julio una inflación para ese mes del 3,3% y del 3% en agosto (finalmente ha sido del 2,8% y 2,2%, respectivamente). También proyectó tasas del 2,7% en septiembre, 2,9% en octubre y 3,3% en noviembre. Esto dejaba una media del 3,2%.
Con el dato de julio, que fue algo mejor de lo esperado, la media aún quedaba en el 3,1%. Sin embargo, la inflación de agosto avanzada este jueves por el Instituto Nacional de Estadística ha dado un vuelco a las proyecciones para septiembre, octubre y noviembre.
Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas, estima ahora que para septiembre estaríamos en el entorno del 2,1%; en octubre, del 2,4%; en noviembre, del 2,8%; y ya en diciembre, del 3%, "como consecuencia de efectos base".
"En efecto la tendencia de fondo sigue siendo de desinflación", comenta. Así, las previsiones enfrían la posibilidad de que las pensiones suban por encima del 3% en 2025 por tercer año consecutivo. Con sus previsiones, las pensiones subirán en enero un 2,9%.
El gasto creciente en pensiones
En todo caso, la revalorización será significativamente superior a la que se producía antes de la crisis inflacionista (1,6% en 2019 y 0,9% tanto en 2020 como en 2021) y la nómina media por jubilación rondará ya los 1.500 euros mensuales tras subir alrededor de 40 euros.
Actualmente la pensión media por jubilación se sitúa en los 1.444 euros (el último dato del mes de agosto publicado esta semana) y este tipo representa más del 60% de todas las contributivas, con alrededor de 6,5 millones de jubilados.
Hay que tener en cuenta que otro tipo de prestaciones como las pensiones no contributivas y las mínimas subirán previsiblemente por encima del resto. En 2022 subieron un 3% (frente al 2,5% de las contributivas); en 2023, un 15% (frente al 8,5%); y en 2024, un 6,9% (frente al 3,8%).
Además, el gasto en pensiones crece cada mes también por otras razones: que España goce de una esperanza de vida récord en la UE; que el número de pensionistas crezca con cada vez más intensidad, el inicio de la jubilación de los babyboomers; o que los nuevos pensionistas entren al sistema con prestaciones más altas que los que salen.
Con todo, la factura anual de las pensiones avanza a un ritmo vertiginoso, con un gasto total que supera ya los 200.000 millones de euros al año entre las contributivas, no contributivas y Clases Pasivas. 50.000 millones de euros más en cinco años.
Raymond Torres estima que el gasto en pensiones contributivas y no contributivas (181.000 millones) alcanzará este año el 25,9% del gasto público total, frente al 25,2% del año pasado. En todo caso, recuerda que ese porcentaje ha oscilado en torno al 25%-26% durante la última década y el valor máximo se alcanzó en 2019, con un 26,1%.