Los mercados cayeron ayer, sacudidos por el temor a la intervención de Bankia que finalmente se concretó. El Ibex fue con mucha diferencia el peor índice internacional, penalizado por una situación financiera complicada y una disparidad de criterios con el caso Bankia que impacta claramente en la prima de riesgo y deja al índice selectivo en mínimos anuales.
La disparidad de criterio entre el Banco de España, que ha dado sistemáticamente el visto bueno a la entidad hasta el minuto antes de la repentina dimisión de Rodrigo Rato o las declaraciones insistentes del ministro Luis de Guindos sobre la no intervención de la entidad han demostrado ser dinamita para los mercados españoles.
Rato se marchó el lunes y la reacción del Gobierno no se esperaba hasta el viernes. La destrucción de valor en las compañías bancarias, las participadas de Bankia y por efecto contagio, de toda la Bolsa, forzó que se aceleraran las cosas.
Pero ahora mismo, España tiene al Ibex en 6.812 puntos, un 20% anual a la baja. Resulta penoso comprobar cómo compañías como Iberdrola apenas valen 20.000 millones de euros, Repsol 14.000 o a toda la banca mediana hundiéndose más del 30%.
La deuda, por su lado, que llevaba unos días razonablemente estable, volvió a colocarse peligrosamente por encima del 6%, al repuntar unos 25 puntos básicos. El bund, que volvió a beneficiarse de su papel refugio, sigue en zona de mínimos históricos en rentabilidad, por lo que la prima de riesgo acabó por encima de los 450 puntos básicos.
Habrá que ver la valoración de los mercados ante esta nacionalización, un hecho inédito en la historia reciente de España, ya que en 1993 Banesto fue intervenido, pero el Gobierno no entró en el capital. Goirigolzarri deberá lanzar mensajes concretos y adecuados en el menor tiempo posible.