La salida a bolsa de Naturhouse está cada vez más cerca de ser una realidad. Los inversores institucionales han acudido a la oferta pública de acciones y han cubierto completamente el rango bajo del precio de colocación, según distintas fuentes del mercado consultadas.
A falta de que se concrete hoy el precio final, esto significa que los inversores están dispuestos a comprar títulos de la compañía a cambio de que la cotización se sitúe más cerca de los 4,80 euros que de los seis euros previstos en el folleto presentado en la CNMV. Sin embargo, esta banda de precios sirve simplemente de orientación y no tiene carácter vinculante.
Teniendo en cuenta la banda de precios presentada, equivaldría a una valoración de esta empresa de productos dietéticos en torno a 288 millones de euros, considerando los últimos datos auditados y que solamente se pondrán en circulación el 25 por ciento del total de las acciones, en manos de Kiluva, la sociedad a través de la cuál el presidente de Naturhouse, Félix Revuelta, controla esta firma familiar nacida hace 23 años y que cuenta en la actualidad con 2.004 establecimientos en 27 países.
Son precisamente las cifras de Naturhouse su mejor carta de presentación ante los inversores. El año pasado cerró con unos ingresos consolidados de 95,7 millones de euros y alcanzó un resultado operativo antes de amortizaciones, deterioro y otros resultados (Ebitda) de 33,7 millones. Francia es el mercado con mejor comportamiento del grupo, ya que aporta el 42 por ciento del total de ingresos, seguido de Italia, con el 24 por ciento.
Además, es una empresa sin deuda que ofrece el atractivo de que contará con un reparto de dividendos mínimo equivalente al 80% de los beneficios consolidados del último ejercicio, un hecho que gusta bastante a los inversores profesionales consultados, al igual que las expectativas de crecimiento del negocio en el futuro. De hecho, la salida a bolsa del 25 por ciento de las acciones se debe al floreciente proceso de expansión del grupo, que pretende llegar a Estados Unidos.
Y después de la caída del negocio experimentada en España como consecuencia de la crisis, también presenta buenas perspectivas para el mercado local, una excusa perfecta para los inversores institucionales que apuestan por la recuperación del consumo.