Los mercados están sufriendo una agonía, aunque en los últimos tiempos hay ciertos ánimos de repunte. La prohibición de los cortos por parte de la CNMV el pasado 23 de julio ha facilitado un cierre de posiciones que se traduce en un claro repunte. Incluso los hachazos que ha propinado el inefable Mario Draghi no se han traducido en una tendencia de fondo bajista. El Ibex está lejos de los mínimos anuales del pasado 24 de julio y en ese periodo, los bancos suben con cierto músculo. El mejor, Bankia.
La subida de la entidad que ahora preside José Ignacio Goirigolzarri es más anecdótica que otra cosa, sin duda, ya que está en pleno proceso de rescate, pero este comportamiento deja claro que además del inevitable castigo por su situación, el valor era pasto de los bajistas. Una vez que el regulador prohibió las posiciones cortas se agarra con todas sus fuerzas al euro por acción.
No sólo los bancos: también otros grandes valores del Ibex se anotan fuertes subidas desde que se puso coto a los bajistas en la Bolsa española
Con toda seguridad no cabe esperar grandes revalorizaciones en este valor, más allá de la derivada del cierre de posiciones especulativas, pero el 37% que sube desde los mínimos del pasado 24 de julio es más que sintomático: los operadores buscaban hacer auténtica sangre en dicha compañía.
Mención aparte merecen Santander, con un 23% o BBVA, con un 20%. El banco que preside Emilio Botín sube un 0,8% en lo que va de año y está a punto de superar alcanzar los 5 euros por acción y otra cota psicológica: los 50.000 millones de valor total de mercado.
Por lo demás, como puede verse en la tabla adjunta, ha subido la práctica totalidad de compañías, pese a que numerosas voces comentaban que la medida implementada por la CNMV no iba a ser eficaz.
Incluso en la coyuntura más adversa posible como la actual, la desaparición de la presión de los bajistas se ha traducido en una subida casi imparable. No sólo los bancos, también otros grandes blue chip como Repsol o Gas Natural han subido con mucha intensidad desde entonces. Mientras tanto, los principales índices internacionales han sufrido una evolución distinta. El Cac francés o el Dax germano tocaron mínimos anuales a principio de junio, para, a partir de ahí, rebotar con cierta fuerza.
El Ibex, sin embargo, sufrió un calvario insoportable, hundido por las declaraciones de Mario Draghi del pasado 5 de julio, cuando dijo que sólo le preocupaba la inflación. Eso llevó a la deuda a cotas superiores al 7% y al índice selectivo a sufrir un descenso del que salió gracias a la medida de la CNMV.
Los bajos volúmenes de contratación favorecen que se multiplique la volatilidad, pero el comportamiento de este mismo viernes es sintomático: el Ibex se hundió un 5,16%, desde los 6.690 puntos. Ayer, recuperó lo perdido, avanzando un 6%, hasta 6.755. Un movimiento que se antoja meramente especulativo y que parece demostrar que el tono de fondo del mercado sigue siendo alcista.