El Tesoro italiano consiguió colocar el máximo que ofrecía, 10.000 millones de euros, en bonos a 3 y 12 meses, con un rendimiento menor que el registrado en la última subasta y que supone la primera caída en los tipos de interés desde el pasado 29 de marzo. Según informó este viernes el Banco de Italia en un comunicado, el Tesoro adjudicó el máximo de 3.000 millones de euros que ofrecía en bonos a 3 meses a un rendimiento del 0,865%, casi cuatro décimas porcentuales por debajo del 1,249% fijado en la subasta del pasado 11 de abril.
Además, colocó 7.000 millones de euros en bonos a 12 meses con un tipo de interés del 2,34%, cinco décimas porcentuales menos que el 2,84% fijado en la última subasta de este tipo de títulos, que tuvo lugar el mismo 11 de abril.
Más allá del buen resultado obtenido en cuanto a los rendimientos de estos bonos, que en cualquier caso son a corto plazo y puede suponer solo un paréntesis en la tendencia al alza registrada en las últimas semanas, la proporción entre oferta y demanda fue además mayor que en la última subasta de deuda de este tipo.
En concreto, los inversores demandaron este viernes 12.516 millones de euros de los bonos a 12 meses, lo que supone 1,78 veces más que la máxima cantidad ofrecida (en abril había sido 1,52 veces mayor). Y solicitaron 7.470 millones de euros en bonos a 3 meses, 2,49 veces más que la cantidad máxima ofrecida y adjudicada (en abril había sido 1,8 veces mayor).
Precisamente, en esa subasta del 11 de abril el Tesoro italiano había comenzado la tendencia al alza en los tipos de interés ofrecidos en sus bonos, pues fue el 29 de marzo cuando logró colocar 8.006 millones de euros en bonos a 5 y 10 años con un rendimiento menor.
Tras conocerse este resultado, la prima de riesgo de la deuda italiana se relajaba en el mercado secundario hasta los 395 puntos básicos, con el rendimiento del bono de Italia a diez años en el 5,48%.
La coincidencia en el tiempo con la divulgación en Bruselas de las previsiones económicas de la Comisión Europea (CE) para el conjunto de la Unión Europea (UE) y de los países de la zona del euro, con datos pesimistas sobre la economía de Italia, hizo que el resultado de la subasta de deuda no tuviera un efecto positivo inmediato en la Bolsa de Milán.