La pasada semana tuvo lugar en Madrid un almuerzo al que acudieron tanto el gobernador del Banco de España, Luis M. Linde, como el de Francia, Christian Noyer, promovido por la Asociación de Mercados Financieros. En el evento no se realizaron declaraciones públicas, pero algunos de los asistentes pudieron conversar de manera informal con los banqueros centrales, que mostraron su preocupación por el electoralismo político, que puede tener duras consecuencias para España. Concretamente, hicieron referencia a las próximas elecciones germanas.
De manera distendida, analizaron la situación para la economía doméstica, reconociendo que los problemas de financiación del Tesoro en 2012 se solucionarion en la primera mitad del ejercicio gracias a las inyecciones de liquidez extraordinarias (LTRO) del Banco Central Europeo (BCE) y en la segunda, por las palabras de Mario Draghi, comprometiéndose de manera irrevocable con la unidad del euro.
Así, en el primer semestre fueron los bancos españoles los que compraron la deuda doméstica, arbitrando con el dinero que tomaban al 1% del LTRO (Long Term Refinancing Operation o subasta a 3 años al 1% sin límite de importe) con la deuda al mismo plazo o más corto, obteniendo un diferencial que ha sido vital para que las cuentas de resultados no se deteriorasen tanto.
Posteriormente, cuando ese efecto se anuló, llegó la fuerte crisis de la Eurozona. La prima de riesgo española llegó a tocar los 700 puntos básicos, ante el descuento de los mercados de ruptura de la moneda única. Sólo el citado discurso de Draghi logró que los inversores foráneos se animaran.
Oportunistas
Algunos fondos de inversión oportunistas (long short) tomaron posiciones en deuda española, ante la posibilidad de que el mercado mejorara tras el compromiso del BCE, tal como ocurrió.
Pero ahora, estos fondos necesitan más noticias. El mercado ha corregido ya el riesgo de descomposición de la Eurozona y la prima de riesgo española ronda los 400-450 puntos básicos.
Para que estos inversores oportunistas no deshagan sus posiciones, serán precisos avances en el capítulo de ayudas financieras a España o informaciones del Gobierno especialmente buenas en materia de déficit. Este último apartado se considera más complicado.
Los banqueros centrales señalaban que a partir de 2013 será muy difícil obtener resultados concretos de Alemania en materia de apoyos a sus socios europeos, ya que la primera economía europea entrará de facto en una recta final electoral. Las elecciones son en octubre y cualquier apoyo excesivo a los ‘países perezosos del sur de Europa’ penalizan a los políticos germanos.
El propio Noyer se lamentaba de que la unión monetaria esté a estas alturas en manos de Merkel y sus expectativas electorales. Pero insistía en que para que entren los fondos estables, conservadores o long only, serán precisas noticias en materias de apoyo al proyecto europeo.
Los dos expertos exponían unas tesis que muy poco tiempo después se pudieron ver en informes de Morgan Stanley. Sin duda, han tenido contacto con los bancos centrales recientemente.